Voy a decir la misa a la parroquia vecina. Hay un buen grupo de gente y da gusto experimentar la cercanía que te muestran y el aprecio porque rezas con ellos en su lengua. Para mí es una alegría ver el aprecio que tienen por su lengua y les animo a que la conozcan y estudien.
Después del desayuno y la limpieza me doy una vuelta por el mercado. Las fotocopias que quiero hacer tendrán que esperar porque el sitio donde las hago está cerrado hasta el lunes y en los otros los precios y la calidad son muy diferentes.
Por la tarde voy a los pueblos. Comienzo la reunión con los maestros y hay un buen número, aunque algunos llegan tarde. Hablamos de motivación y se nos pasa el rato con ellos de forma agradable. Manifiestan interés en lo que les hablo y creo que podremos hacer un buen trabajo con ellos.
Para la reunión de parejas hay nueve matrimonios y en total somos más de veinticinco los adultos presentes, lo que muestra que las cosas van aumentando y que seguimos por buen camino. Lo que las parejas comentan es el avance en la relación entre ellos y el entenderse y no pelearse que es lo que más destacan. Me llama la atención que les he contado un cuentecito y han seguido con atención. Cuando acabé uno me dijo que podía traducirle en la lengua local, que hacía falta que los que no entendían inglés se enteraran de lo importante del mensaje… Que no es otro que la confianza en Dios y saber que se ocupa de nosotros y hace con nosotros mucho más de lo que podemos imaginar.
En el pueblo siguiente hay unos pocos para le catecismo, por lo menos más que las semanas anteriores, pero les hago ver que el número es muy pequeño para poder pensar en algo serio y les animo a que traigan a otros, pues es la forma de aumentar el número.
En casa estamos sin luz y la conexión a internet es muy débil, pero por lo menos logro enviar algunos mensajes y leer noticas antes de ponerme a leer el libro electrónico que me distrae muchos ratos cuando no hay luz.
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