Nos levantamos sin luz. Voy a rezar a un pueblo, al que voy los miércoles. Las cosas van poco a poco, pero van. Hoy estábamos más de veinte presentes. También he visto a la monja que trabaja en la universidad que acaba de volver y las clases comenzarán a finales de mes o a principios del siguiente, así están de desordenadas las cosas y así funciona casi todo… Y en este medio tendremos que intentar poner un poco de orden en lo que se pueda. También me da la noticia de que el niño del que intentábamos ocuparnos, el que había nacido sin brazos ni piernas, ha muerto… No me lo esperaba y me ha dejado un rato en silencio… Pero a todo hay que estar dispuesto y ante cualquier adversidad hay que reponerse. Que Dios nos tenga a todos de su mano.
Me paso mucho del tiempo estudiando, pues hoy ha venido el profe a la misa y me he encontrado con él a la salida y me ha dado un rato de clase, además de pedirme que rece por él, y la verdad es que sigo viendo que no está recuperado.
Por la tarde ha vuelto Christian, el salesiano joven que está en nuestra comunidad y que había ido para un encuentro de formación. Es una alegría encontrarnos de nuevo y él vuelve muy animado y emprendedor. Joseph está un tanto pachucho. Han venido a pincharle, pues tiene malaria y medicarse es lo que toca.
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