Anoche llovió y lo hizo con intensidad, pues el camino estaba mojado y los charcos llenos de agua, aunque no ha sido obstáculo para que llegue al pueblo con tiempo y la gente esté presente antes de la hora y sean numerosos.
Luego tuvimos reunión con los maestros; mientras algunos se muestran temerosos por el reto que se les propone, otros están entusiasmados y prontos a hacer lo que se les pida y creo que es en este ambiente donde tenemos que movernos y funcionar con los profesores y los alumnos.
Con el vehículo cargado de viajeros, me paso por otra escuela, Lembema, y después de saludar a los alumnos, hablo un rato con los maestros para intercambiar ideas y ayudarles en la motivación. En general están sorprendidos de escucharme y me parece que les agrada la manera como les hablo, tratando de darles dignidad y valor como personas. Les digo que si les propongo lo de obtener el título no es porque me dan compasión, sino como un reto que es para ellos obtener algo que no han podido hasta ahora, pero que al mismo tiempo les pido que se ocupen de los alumnos y que hagan un buen trabajo con ellos. Quedamos de vernos el sábado en la reunión.
La pista está en mal estado y cuando vuelvo a casa es el final de la mañana, pero creo que ha sido provechoso el tiempo empleado y que caminamos a buen ritmo.
Joseph ha ido a un funeral a la otra iglesia y ha venido muy tarde. Toda una manifestación sobre un hombre que ha muerto joven y a quien muchos conocían.
La tarde sigue mustia y al final vuelve a llover. Por lo menos el ambiente refresca y te permitirá dormir sin sudar.
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