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martes, 10 de octubre de 2017

10 de Octubre de 2017

Martes

Me levanto pronto y voy a decir la misa a Nagoyon. Ahora el camino está en mal estado y casi te cuesta una hora recorrer diecisiete kilómetros, pero te anima el ver que hay un buen número de gente que te esperan y han venido también de otros pueblos.

Celebramos la misa con calma, pues no tengo nada que me urja hacer después y tomamos el tiempo para reunirnos los líderes de la comunidad y tener un encuentro posterior con el que maneja la motosierra. Hay problemas de entendimiento y como veo que no los vamos a solucionar en un momento, propongo una reunión posterior, y es aceptado y dejamos la cosa para el sábado.

Sin concluir la reunión, los maestros de la escuela me presentan el problema que tienen con los pupitres y han empezado a hacer algo con madera de encofrar… Voy a la escuela y también vamos a ver al carpintero que tiene buena voluntad y habla muy poco inglés… Me dice que aprendió el oficio en Liberia. Vemos algunas maderas y sugiero que se haga lo más sencillo que se pueda y me parece que es una buena experiencia para luego con buena madera acometer el trabajo definitivo.

Después de las reuniones y con el tiempo que me lleva la vuelta a casa, se ha pasado la hora, pero desayuno un poco y seguimos con nuestra reunión de comunidad. Hemos hecho un buen rato y seguimos pensando que necesitamos más tiempo, que trataremos de encontrar otro día.

Llevo el vehículo al mecánico porque hay una puerta que no cierra bien, pero después de un buen rato me lo vuelve a traer y me dice que no tienen solución por ahora. Son los efectos de conducir por la pista que destrozan cualquier vehículo por duro que sea.

De vuelta del mecánico, se desata la lluvia y durante más de cuatro horas llueve sin parar y a veces con suma intensidad. La estación de lluvias parece que está finalizando, pero llevamos dos semanas que cada día llueve.

Visto el panorama no se me ocurre ir a los pueblos a rezar porque estoy seguro que no encontraré a la gente y además recorrer el camino mojado no es nada deseable si no es sumamente necesario.

Rezo el rosario con los que vienen a la parroquia, que hoy tampoco son numerosos, pues la lluvia hace que la gente no salga de casa.


Cenamos con luz y con lluvia abundante. Es bueno, pues refresca y se puede dormir mejor durante la noche.

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