Vistas de página en total

miércoles, 26 de septiembre de 2018

26 de Septiembre de 2018

Miércoles


Me levanto con ánimo y sin luz. Voy a rezar a Towama, donde no hay mucha gente. El camino que habían comenzado a reparar, pronto se han parado de hacerlo. La lluvia ha sido intensa durante la  noche.

En casa hay un buen número de personas para la misa y yo, como he ido a un pueblo y es más pronto, puedo ver lo que pasa en la iglesia de casa desde atrás.

Desayuno y me doy una vuelta por abajo, donde alguien me viene a pedir una bendición especial porque ha tenido un mal sueño… Es metodista, pero viene aquí a rezar porque la iglesia a la que va el domingo está lejos. Tiene un nuevo testamento y un libro de oraciones en sus manos… Y me doy cuenta de que no es capaz de leer… ¿? Por lo menos le doy la bendición y le explico lo que quiere decir su nombre, Moisés, salvado de las aguas… Hay otro que ha venido a misa y que necesita una buena sesión de catecismo. Como somos amigos y hoy estoy con Moisés, le digo que nos veremos otro día.

Aparece Andreas y comenzamos la reunión. Una cosa detrás de otras, discusiones, acuerdos, desacuerdos, de todo hay y para todos, pero por lo menos las cosas se van aclarando y cada uno va sabiendo lo que le corresponde y debe hacer. Y así esperamos que las cosas se vayan haciendo por parte de cada uno.

Nos hemos pasado la mañana para ponernos de acuerdo en temas como la limpieza del terreno, la plantación de moringas, la plantación de maíz, el seguimiento de las construcciones, cómo tomar decisiones que todos nos sintamos responsables…

Después de comer  y un momento de siesta, Andreas, Ibrahim y Marta se van a ver la finca y desde allí directamente a la capital y yo con la otra que queda, Anni, y los animadores, vamos a casa del “doctor moringa” que nos recibe amablemente y él y su esposa que está cerca, nos van respondiendo a las diferentes preguntas que les hacemos. Cuando acabamos la reunión y como estamos cerca del río, llevo a la finlandesa a ver el río y el puente que están construyendo y volvemos a casa para la hora de la novena a la patrona de la parroquia que estamos celebrando.

Me encuentro con Edwin, un salesiano que está en Liberia y que ha venido a casa unos días. Fue a este a quien quisimos llevar el año pasado hasta la frontera y todavía nos acordamos de la aventura del mal camino, pero nos dice que ahora ya está mucho mejor y que pronto estará acabada la construcción de la carretera. Se queda a cenar con nosotros y luego, como llueve, Christopher le lleva en el vehículo a su casa.

Hablo un rato con la finlandesa, Anni, y luego consulto el correo, las noticias y hago la crónica. El día positivo en general y con muchos retos en todos los aspectos y agradecido a Dios que nos permite vivir esta experiencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario