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domingo, 17 de julio de 2016

17 de Julio de 2016

Domingo

Como cada domingo la salida es temprana y, aunque el tiempo está nublado, cuando llego al pueblo la cosa está más despejada y hay bastantes presentes esperando, lo que nos permite comenzar antes de tiempo, pues la mayoría llegan antes de la hora. Hoy la misa es fuera y los árboles no lloran…
Encontrar a Dios en la oración, en su Palabra, en la Eucaristía y en los hermanos es el tema de la homilía y la idea que trato de hacerles retener, que nos tenemos que encontrar para rezar para luego poder encontrarnos con los demás como hermanos.
El vehículo está lleno de gente dispuesta desplazarse a diferentes sitios. Conmigo llegan hasta Tikonko en primer viaje, donde nos encontramos a los poceros que están a punto de iniciar el trabajo de bombeo del agua del pozo para saber la cantidad que produce y lo harán durante la misa, que es seguida por un grupo regular de gente que sigue llegando tarde y a quienes intento animar en el trabajo de construir una comunidad de gente que reza.
Han arreglado el camino de entrada a la iglesia, pero aún les queda un trozo de limpiar de lo que les había propuesto. También les digo que el pozo que estamos haciendo es un gesto de buena voluntad y que el agua es algo que los africanos ofrecen incluso a su enemigo, cosa que les hace sonreír, pero les digo que espero su colaboración y el empeño por parte de todos.
La señora que nos prometió venir ayer, no se ha presentado y encargo a otras mujeres que vuelvan a verla. El tiempo se me echa encima, pues el camino es difícil de recorrer y me despido animando a la gente a que vengan con otros el domingo siguiente. Los poceros siguen en su labor.
A Towama llego con tiempo y con el vehículo lleno. Aquí ya se sienten más cerca de la ciudad y se deciden a buscar una moto que les lleve, con lo que me queda espacio para los que se apuntan para el vehículo para después de la misa.
Las cosas van por el cauce normal. En la homilía hablo de la misma idea que en los otros sitios, pero aquí insisto en los que vienen a comulgar y no se confiesan. Reparto una fotocopia al final de la misa sobre la preparación a la confesión tomadas de un librito muy popular y que muchos conocen y espero la reacción en los próximos encuentros.
En casa los trienales han tenido la despedida en la iglesia y la comida es un poco en desbandada, pues hay quienes han venido a verles después de la misa y están con ellos. Yo estoy cansado de la mañana y después de un ligero plato de arroz, duermo bastante la siesta y luego vuelvo a ver el trabajo de los de los pozos y a encontrarme con un catequista con el que quiero hablar y mostrarle que estoy cercano en un momento difícil para él

En casa no hay luz y estamos a oscuras, no encuentro a nadie, pues han salido y seguro que están con algún grupo de despedida. Luego sé también que Joseph ha ido a visitar a una familia y a alguien que está en el hospital.

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