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sábado, 21 de enero de 2017

21 de Enero de 2017

Sábado

El frescor se ha acabado. Estamos en pleno momento seco y las hojas de las moringas siempre son una ayuda. He estado en Madonna para la misa y tenemos también un momento de encuentro y presentación de quien ha venido a misa con un par de críos.

En casa después del desayuno me organizo para preparar las cosas y limpiar de manera especial el sábado. Después hay reunión del consejo de la parroquia y nos lleva más de dos horas, pues hay bastantes temas a tratar.

Después de una pequeña siesta, voy a buscar a alguien que ha venido al hospital… Una preciosa niña a la que tienen entre las manos y la manejan como a un juguete. Con ella vamos hacia Balei. Con ella y con todos los que entran en la furgoneta, que son muchos, pero encontrar a alguien a pie por el camino y no pararme, es algo que no lo puedo hacer… Y de premio, tienes la sonrisa de la persona a la que transportas.

He comprado el paquete de cemento y lo he dejado en la escuela. A ver lo que logran hacer con el albañil que han prometido buscar para reparar las pizarras.

La reunión de los maestros en Nagoyon es algo que están ya haciendo porque con todo el jaleo he llegado un rato tarde. Les ayudo en lo que puedo, en particular su forma de hacer frente a un trabajo en equipo.

Después les traigo el libreo que olvidé la semana pasada, el catecismo del papa para los jóvenes. Les encanta y leer con entusiasmo y creo que es una buena forma de hacer catecismo, algo que les resulte interesante y ameno. Para la reunión con las parejas hoy por primera vez hemos llegado a las treinta personas y había diez parejas estables. Esperemos que la cosa se continúe.

En Tikonko hoy hay sorpresa para el catecismo. Hay un buen grupo que han venido y están sentados esperando fuera de la iglesia. Entramos y, después de rezar y leer el evangelio, comenzamos la sesión en la que me dicen que están convencidos de que ahora las cosas van a ir en serio… Les digo que no me hacen falta promesas, que lo que necesito es que estén presentes regularmente, lo mismo que yo lo estoy cada sábado y que eso el tiempo nos lo irá dando y poniendo a cada uno en su sitio.

En el camino de vuelta sigue habiendo quien se apunta a subir al vehículo y el camino lleno de polvo les pone bien maquillados.

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