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martes, 3 de enero de 2017

3 de Enero de 2017

Martes

Me levanto temprano y voy a Nagoyon, como cada martes para la misa. Hoy me han acompañado dos personas de Tikonko, pues les he hablado de cómo rezan en ese pueblo y cómo ellos pueden aprender.

La misa está concurrida y se reza el rosario antes del comienzo de la misa. Es de noche incluso al acabar la oración y es que oscurece casi a la misa hora que antes, pero amanece mucho más tarde.

Después de la misa tenemos reunión, pero a la hora de la verdad hay gente de un pueblo que no están presentes y aplazamos el encuentro, pues es necesario que todos estén presentes y es la forma de motivarles para el trabajo.

Vuelvo a casa con los maestros que comienzan su tercera semana en el colegio. Hoy sí que vengo cargado. Han metido toda suerte de objetos en el vehículo. Por lo menos llegamos con bien, y contentos empiezan la tercera semana de clase. Estoy con ellos al principio y las cosas comienzan con normalidad. También al final del día estoy con ellos y les veo que van satisfechos del trabajo que están haciendo.

En casa sigue la señora alemana que hoy visitará la cárcel de las mujeres y yo voy a ver a los de emigración para que me renueven el visado. Me encuentro a gente que me dice que son católicos, me parece que de nombre y poco más. Una señora me pide que rece por ella y, como me había dicho que era de Tikonko, lo hice en su lengua; imagino que no se esperaba la salida… Me querían cobrar un millón por el visado, pero al final se quedó en la mitad… Y es que había guardado cuidadosamente el recibo del año anterior y… esta vez coló el truco.

También fui a la parroquia a seguir buscando los papeles de los sacramentos que dejé hace meses y, tendré que volver en mejor momento porque el cura no estaba.

Sigo con el lumbago y sigo con los masajes, pero creo que se irá pasando.

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