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sábado, 28 de enero de 2017

28 de Enero de 2017

Sábado

Es último sábado de mes y toca limpieza en la ciudad, lo que quiere decir que desde las seis hasta la diez no se circula y todos están en casa adecentando el barrio. Los que han venido a visitarnos emprenden pronto el camino de Liberia, pues van a hacer el mismo trabajo en las comunidades de ese país y yo voy a decir la misa a Madonna, donde no hay muchos porque como no hay motos, los que vienen lo hacen a pie.

A la vuelta a casa veo el coche de la poli que pasa controlando para que nadie se mueva, pero por lo menos nada me dicen, con lo que puedo llegar tranquilamente a casa y después del desayuno me dedico a la limpieza de mi habitación y a organizar los espacios, pues nos han anunciado que viene el contenedor el martes…

Después de la limpieza, cuando ya se puede circular, salgo a visitar a un enfermo que ha pedido una misa y voy a la parroquia vecina, pero no encuentro al cura. También busco al carpintero sin éxito y me voy a ver al mecánico, que estoy buscando neumáticos viejos para hacer de brocal en el pozo de riego, pero tampoco los ha encontrado, o por lo menos eso es lo que me dice.

Después de comer y un momento de siesta voy a los pueblos. Comenzando en Nagoyon por la reunión con los maestros. Un rato de comentarios pedagógicos, en el que vuelvo a insistir sobre la motivación y les animo a que lo hagan siempre con los alumnos en su clase. Después viene el momento de catecismo y doy algunos catecismos a los que habían faltado la otra semana. Me doy cuenta que les cuesta entender el texto y lo volvemos a proponer para la semana que viene a ver si las cosa están más claras.

Las parejas van viniendo a cuentagotas y el comentario hoy no es fácil, por lo que les trato de ayudar, pues las bienaventuranzas no son sencillas de practicar, pero la realidad es que ellos lo hacen y cuando les pongo los ejemplos concretos de los que ellos comparten conmigo en el grupo, se dan cuenta con sorpresa de que es la realidad que estamos viviendo y les animo a dar gracias a Dios por ello.

En Tikonko Había un grupo presente y otros más fueron llegando, con lo que había una cincuentena, algo a lo que no estoy acostumbrado. Leímos el evangelio y traté de comentarles el mensaje de las bienaventuranzas y hacerles ver que es un reto que se nos propone y que somos capaces de realizarlo contando con la ayuda de Dios y la oración. Y cuando les hago ver lo que vivimos en la reunión de las parejas, por lo menos se quedan pensativos, además de ver que les he propuesto que ellos también comiencen el grupo. No espero su respuesta, pero cuento con que dé su fruto antes o después.

Se hace de noche y emprendo el camino de vuelta y siempre hay quien se apunta al viaje, lo mismo que a la ida y, contento de hacerles este servicio. Me paro en Towama por si los del coro están ensayando, pero la iglesia está cerrada.

Seguimos sin luz y es posible que vaya para largo. Y cuando estaba pensando en enviar mensajes y hacer la crónica la luz se presenta, pero lo mismo que vino se fue antes de que acabara la crónica.

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