Me toca la misa en casa, y hoy hay una sola misa y la celebramos a las diez. Es el día de las familias que no hemos celebrado antes y además viene un cura que acaba de cantar misa a celebrarla, así que le acompaño. Esto me permite ir a Nagoyon y tener la reunión con la gente y celebrar la misa allí. Hoy hay menos personal que otras veces y para la reunión seguimos con los problemas de que estén todos presentes, pero vamos avanzando. Creo que tengo que seguir con paciencia los pasos y sensibilizar a todos y cada uno.
En casa la misa comienza a las diez y hay bastante gente. Está animada y todos contentos, después de la misa hay celebración en el centro de pastoral y se prolonga hasta horas de la tarde. La gente sabe festejar y moverse en el ambiente. Me encuentro a gusto entre ellos, saludo a los conocidos y voy conociendo a otros. Cada vez se ven más críos y jóvenes entre los presentes, rasgo importante de nuestra presencia. También veo cómo a medida que voy acercándome a la gente ellos se sienten a gusto y cercanos.
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