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miércoles, 2 de julio de 2014

2 de Julio de 2014

Miércoles

Jos se va pronto a Tikonko y yo me quedo en casa limpiando insectos, pues ayer hubo invasión. Luego me voy a clase y el profesor, que el miércoles tiene libre en la uni, se pasa la mañana conmigo. Me resulta interesante aprender cosas de la cultura mende y él se siente a gusto enseñándomelas. Nos dan las once pasadas y hemos hecho más de dos horas de clase, pero él está muy contento y yo también de las cosas que me enseña, no sólo de la lengua, sino también de costumbres y usos.
      Alguien en un pueblo me había dicho que los mende no tienen caballos. A mí se me hacía muy raro que un pueblo guerrero no tuviera caballos. El profesor me ha hecho ver que hay una serie de apellidos mende que tienen la componente de “caballo” en ellos, lo que indica la importancia que estos animales tuvieron en otro tiempo. Hoy no he visto ninguno, pero la realidad es que sí han existido en la cultura mende.
       Por la tarde voy a los pueblos. Hoy toca Valehun y cuando estoy a punto de llegar al pueblo, me encuentro al maestro José que viene andando para ir al pueblo de su madre. Nos volvemos juntos y vamos a visitar un nuevo pueblo, hoy es Casama. Está a siete kilómetros de Valehun y también está a la orilla del río, que ahora va crecido.
       Cuando llegamos nos reciben los críos y luego hay un joven que viene a saludarnos. Resulta ser el hijo del jefe del pueblo, un musulmán, que nos lleva a casa de un responsable de un grupo cristiano, no sé muy bien el nombre del grupo. Estuvimos hablando un rato. Los dos muy amables con nosotros y me llamó la atención el comentario que los dos hicieron. Después de la guerra, ningún cura católico ha venido a vernos y los católicos que había o se han ido de aquí o se han cambiado a otro grupo para rezar…
       Cuando estaban los misioneros blancos, solían venir y recorrer los pueblos. Desde que hay curas autóctonos, eso ya no se hace más… Yo lo escucho y me quedo pensativo y me pregunto qué dosis de verdad hay en tales apreciaciones.
      De todas formas me invitan a volver, me preguntan qué día pienso volver y me prometen buscar a los católicos que quieran reunirse conmigo… Cosa que me resulta tan sorprendente como el comentario anterior.
      Les digo que intentaré volver el próximo miércoles, pero, siempre que pueda, pues basta que haya una buena lluvia para que el camino sea lo suficiente difícil como para no aventurarse, así que veremos a ver lo que hay para la semana que viene.
        Por lo menos he dado una vuelta por una parte del pueblo, bastante activo y de tamaño más bien grande en comparación con los otros pueblos de los alrededores; tiene escuelas, y dispensario, además de otros servicios; he sacado unas cuantas fotos y he visto que la gente es acogedora y amable, pues me han saludado respetuosamente y siempre estaban abiertos y receptivos a nuestra palabra.
        En Valehun hemos rezado una veintena, la mitad adultos, y nos hemos vuelto para casa, rezando el rosario, pues me ha acompañado como ayer, la madre de Daniel, que me ha dicho que está dispuesta a venir a Casama a buscar a los católicos. En el rosario hemos pedido por el pueblo y por sus habitantes, que el Señor les bendiga.


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