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martes, 1 de julio de 2014

1 de julio de 2014

Martes

Comenzamos un nuevo mes y lo hacemos bajo la perspectiva de la visita del provincial y las ordenaciones de dos salesianos que tendrán lugar el próximo veinte aquí en nuestra ciudad de Bo, además de la profesión perpetua de un salesiano coadjutor en Freetown.
        La mañana ha estado nublada, pero eso no me ha impedido secar la colada, estudiar lengua y leer. Después de la siesta voy a buscar a la señora Cecilia, la madre del salesiano Daniel que me acompaña a los pueblos. Hoy me paro un rato en el pueblo del catequista, donde estudiamos un rato la lengua local y luego vamos a rezar a Baley, el pueblo siguiente en la pista.
       Me paseo un rato saludando a la gente y al final nos juntamos en una casa una veintena de personas, casi todos adultos. Durante la oración observo a unos y otros y veo que hay quien no sabe las oraciones comunes…
        Salifu, el maestro que dirige la oración y que forma parte del grupo de las parejas me hace ver que cuando visita a alguien para rezar, después hay otros grupos que vienen y hacen lo mismo y la gente no se decide por venir a rezar con nosotros. Le hago ver que para nosotros el objetivo no es que vengan a rezar, sino el presentarles la oración que se hace en pareja y los cambios que ello supone en la vida de la pareja, que eso es lo que tiene que hacer, no invitar a rezar, sino mostrarles que la oración que se hace juntos, provoca cambios importantes en la forma de vivir la vida de los casados.
          Aprovecho un momento antes de darles la bendición para hacerlo ver a los que están presentes y lo apoyo con el testimonio de dos parejas que están presentes. Todos me dicen que rezarán en familia y les animo  a hacerlo.

          En la vuelta a casa nos pilla la lluvia, pero no hay problema. Ya estamos acostumbrados a tener cada noche la lluvia y hoy no es excepción.   

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