Me he levantado
a la hora de todos y he participado en la oración de la mañana. Ha habido luz y
conexión a internet, lo que me ha permitido ver los correos acumulados los días
anteriores y tratar de responderlos, pues muchos preguntan cosas del contenedor.
También he enviado fotos, que hoy salían sin problemas.
La mañana se me
ha pasado respondiendo a los correos, mientras los otros preparan papeles y
cantos de la novena a D Bosco que va a comenzar esta tarde en la catedral con el
grupo de jóvenes. Por aquí este tipo de devoción parece que es algo natural y la
gente asiste con regularidad.
También ha
aparecido un salesiano de aquí que está de visita y le he dado la primera
estatua de María Auxiliadora para que dé a su madre y que en la familia todos la
recen… La madre estaba tan contenta que me decía que ya se podía morir, porque
había recibido el regalo de su vida… Es algo que he pensado hacer con cada uno
de los salesianos, darle una estatua para que la entregue a su madre y que en la
familia la madre sea la que una a todos para rezar juntos.
Sigo
respondiendo correos y viene la enfermera para darme el masaje que me da cada
día. Hoy he trabajado toda la mañana sentado y con el corsé puesto, lo que me ha
permitido estar en forma y ver que el lumbago ya se va pasando… Y esperemos que
no vuelva pronto…
Uba tiene mucho
que hacer y voy a la catedral a dar las buenas tardes a los jóvenes que vienen a
la novena y pensando en qué
decirles o qué hacerles, se me ha ocurrido llevar las litografías de María
Auxiliadora que me acaban de llegar en el contenedor y repartir una a cada uno…
Había más de cuarenta jóvenes en la novena. Estaban muy contentos con la imagen
y todos han prometido ponerla en su habitación y rezarla cada día. Les he dicho
que D Bosco ha prometido milagros a quienes extiendan su devoción. Yo rezaré por
ellos y ellos lo harán por mí y los que han hecho que las imágenes de la Virgen
nos lleguen.
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