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jueves, 1 de enero de 2015

1 de Enero de 2015

Jueves

Comenzamos un nuevo año. Un nuevo cuaderno en blanco y le pedimos a Dios que nos ayude a llenarlo con buenas obras.
       Me sorprende la reacción de algunos a lo que he escrito sobre el ébola. Aquí vivimos la realidad como lo más normal y tratamos de adaptarnos a ella sin dramatismos, sino como lo que se nos pide en este momento para estar cerca de nuestra gente.
         Como desde el gobierno se ha decidido que no hay plegarias el primero por la mañana, no vamos a los pueblos y yo digo la misa en el internado que hay al lado de nuestra casa para niños huérfanos, pues es su fiesta y Uba va a casa de los padres de un salesiano cuya madre está enferma y hace tiempo que no puede ir a misa. Nos parece que es el mejor servicio que podemos ofrecer a unos y otros.
       En el hogar hay una treintena de personas para la misa, entre ellos la veintena de niños que están ahora en permanencia. Les cuento un cuento y me parece que han comprendido el mensaje que nos deja, el contar con la presencia de Dios y la oración en nuestras vidas.
       El resto de la mañana lo paso entre leer y consultar el correo y las noticias y después alrededor de los preparativos de la comida de campaña que vamos a tener al exterior de casa, en el patio que hemos preparado.
        A la hora de la comida Uba invita a la responsable del hogar donde he ido a decir la misa; luego viene otro más de los que están con ellos, luego otro más y al final se acaban sumando media docena del personal, con lo que tenemos una comida animada y participada.
      Sigo con los efectos del paludismo y ahora tengo el amago de un lumbago, que trato de hacer que no me llegue, pero que siento su cercanía. Y es que se dice que al perro flaco todo son pulgas…
       Después de la siesta sigo un tiempo de descanso, estamos de fiesta, pero ello no me impide dedicarle un rato a leer en mende y a enterarme de lo que pasa en las noticas, siempre que haya conexión, cosa que sólo pasa de vez en cuando. Y es que hoy, para empezar,  tampoco tenemos luz y estamos funcionando con el generador.

      Contesto los correos que me llegan y preparo la crónica del nuevo año. Entre los diversos propósitos para el año nuevo uno es no dejar que la crónica se retrase.

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