Comenzamos un
nuevo año. Un nuevo cuaderno en blanco y le pedimos a Dios que nos ayude a
llenarlo con buenas obras.
Me
sorprende la reacción de algunos a lo que he escrito sobre el ébola. Aquí
vivimos la realidad como lo más normal y tratamos de adaptarnos a ella sin
dramatismos, sino como lo que se nos pide en este momento para estar cerca de
nuestra gente.
Como desde el gobierno se ha decidido que no hay plegarias el primero por
la mañana, no vamos a los pueblos y yo digo la misa en el internado que hay al
lado de nuestra casa para niños huérfanos, pues es su fiesta y Uba va a casa de
los padres de un salesiano cuya madre está enferma y hace tiempo que no puede ir
a misa. Nos parece que es el mejor servicio que podemos ofrecer a unos y
otros.
En el
hogar hay una treintena de personas para la misa, entre ellos la veintena de
niños que están ahora en permanencia. Les cuento un cuento y me parece que han
comprendido el mensaje que nos deja, el contar con la presencia de Dios y la
oración en nuestras vidas.
El resto
de la mañana lo paso entre leer y consultar el correo y las noticias y después
alrededor de los preparativos de la comida de campaña que vamos a tener al
exterior de casa, en el patio que hemos preparado.
A la
hora de la comida Uba invita a la responsable del hogar donde he ido a decir la
misa; luego viene otro más de los que están con ellos, luego otro más y al final
se acaban sumando media docena del personal, con lo que tenemos una comida
animada y participada.
Sigo con los
efectos del paludismo y ahora tengo el amago de un lumbago, que trato de hacer
que no me llegue, pero que siento su cercanía. Y es que se dice que al perro
flaco todo son pulgas…
Después de la
siesta sigo un tiempo de descanso, estamos de fiesta, pero ello no me impide
dedicarle un rato a leer en mende y a enterarme de lo que pasa en las noticas,
siempre que haya conexión, cosa que sólo pasa de vez en cuando. Y es que hoy,
para empezar, tampoco tenemos luz y
estamos funcionando con el generador.
Contesto los correos que me llegan y
preparo la crónica del nuevo año. Entre los diversos propósitos para el año
nuevo uno es no dejar que la crónica se retrase.
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