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domingo, 4 de enero de 2015

4 de Enero de 2015

Domingo

Me levanto con ánimos, pero también veo lo flojo que estoy. La pista es un problema, pues respirar polvo es la forma de recuperar el catarro y estoy seguro que tarde o temprano acabará sucediendo.
       Voy a Valehun, donde la gente me recibe con cariño. Saludo a todos por las casas y tengo tiempo de visitar de manera especial a algunos mayores o gente con problemas de salud. Comenzamos la oración y van llegando poco a poco. Al final son numerosos, de forma especial los adultos, una cincuentena, que no solían ser tantos.
      Han agrandado la iglesia, pues ha venido el que la ha financiado, un señor que es del pueblo, pero residente en otro. Le damos las gracias públicamente y le mostramos nuestro agrado por lo que nos ha hecho, a la vez que le hacemos ver las muchas veces que nos hemos encontrado para rezar y tenerle presente en la oración.
     Sigo contando ejemplitos y lo que me llama la atención es cómo recuerdan los que les he contado hace meses, lo que me dice que es un buen método de fijar ideas y de ayudar a la gente a retener los mensajes del evangelio a través de cuentecitos, algo que por cierto es el alma de los africanos.
      Al final de la misa se les reparten a los niños los regalos que habíamos dado en otros pueblos la semana pasada. Están encantados con el detalle.
      Venimos a Tikonko. Es la primera vez que digo misa en la nueva capilla desde su inauguración. Creo que la asistencia es buena. Los adultos están presentes en buen número y se ha intensificado la presencia de los niños. Les felicito por ello y les animo a que durante este año podamos llenar los puestos que ahora quedan vacantes. Me prometen que harán esfuerzos porque la cosa sea una realidad.    
       Al final de la misa estoy muy casado, pero contento de haber resistido sin mayores problemas, aunque el catarro está otra vez presente y volverá más al contacto con el polvo de la pista.

      Esperamos un buen rato a Uba que esta mañana ha ido a Mattru y Towama  y venimos a casa donde seguimos sin luz y en cuanto comemos me voy a acostar a ver si me puedo deshacer del catarro que acabo de volver a pillar.

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