Acabo de recibir esto de un cooperante que está con nosotros Marcos (Coco),
pero que ahora mismo trabaja con la gente que está en cuarentena...
Puede ser interesante el ver la experiencia que nos cuenta
vivida de primera mano...
Quiero contaros lo que me ha pasado
con Musu Kanu, de 7 años…y el ébola.
Pero antes permitidme que os cuente
que José María, en nombre de Africa Directo, vino a cerrar el 2014 y dar la
bienvenida al 2015; por iniciativa suya y gracias a su apoyo económico,
nos hemos lanzado de lleno a supervisar casas en cuarentena. Lo hacemos a través
de sobrevivientes del ébola. Los contratamos a ellos porque se supone que no
pueden contraer de nuevo la enfermedad, se supone…Dios lo oiga. Las casas en
cuarentena son un foco de infección de ébola. Alguien contrae ébola, a esa
persona se la llevan a un centro de tratamiento de ébola y su casa, la casa en
la que vivía, la ponen en cuarentena durante 21 días. En cuarentena significa
que todos los habitantes de esa casa han de permanecer sin moverse en el
interior…si alguno de ellos está infectado es muy fácil que el resto contraiga
la enfermedad. Por otro lado si esas personas no tienen en casa lo necesario
para vivir saldrán de la casa en cuarentena a buscarlo…Estos sobrevivientes del
ébola están ahí para tomarles la temperatura por la mañana y por la tarde, para
aconsejarles, para saber si tienen lo necesario para vivir, para explicarles su
propia experiencia…en definitiva para evitar en lo que podamos que la gente se
contagie y localizar lo antes posible posibles casos de ébola. Estamos
supervisando 17 casas en cuarentena en dos áreas del país, y pretendemos cubrir
más zonas.
Musu Kanu, 7 años.Ayer íbamos en moto Abass y yo a chequear una casa en
cuarentena, cuando en el camino pasábamos
por la aldea de Rokamba; el pueblo y su gente estaban muy silenciosos, muy
raro...paramos en el centrito de salud y la enfermera y sus ayudantes estaban
vestidos con mascarillas, guantes, etc.Una niña de 7 años, Musu Kanu, estaba tendidita en una
banca de cañas fuera del edificio, estaba sola, una gran soledad la rodeaba. La
noche anterior había estado vomitando sangre y esa mañana, la de ayer, lo hizo
dos veces delante de la enfermera...ahí estaba tendida, débil, sola, flaca,
desfallecida; en ocasiones bebía agua...todos estábamos a cierta
distancia...aproveché para hablar un poquito con ella, a unos metros, asentía
con la cabecita a lo que le decía, nada más. Al rato la enfermera le llevó
comida, se la dejó cerca y se fue, la pequeña se incorporo y comió; comió con
ganas pero sin fuerzas.Más tarde llegó la ambulancia, prepararon todo el
papeleo... El chófer de la misma y su acompañante abrieron la puerta trasera y
se alejaron. Una hermana de Musu lloraba a moco tendido; la madre, de lejos
también, dura como una piedra por fuera, seria y sin llorar, le decía a la
pequeña Musu que se dirigiera hacia la puerta trasera de la ambulancia. Ella
caminó sola hasta la puerta de la misma, se paró a la entrada, miraba a los
lados como diciendo porque tengo que entrar, nadie andaba cerca, le pidió a su
madre que entrara con ella...su madre le dijo: entra Musu...y Musu primero
vaciló, parecía que iba a correr hacia su madre, pero no, entró. Sola, sin saber
a dónde iba, sin entender nada, se cerraron las puertas a su espalda...el
coche partió. Dentro de la ambulancia una gran soledad la rodearía, nadie estaba
con ella. Una niñita de Rokamba, que siempre había estado rodeada de los suyos,
comiendo del mismo plato, durmiendo en la misma cama, siempre en comunidad, como
viven en este precioso continente…En el momento que más lo necesitaba, no había
nadie…no entendería nada.Varias mujeres lloraban, los hombres no
lloraban.Pobre enanita...El ébola va arrasando poco a poco, en silencio…sin
grandes estruendos, cruelmente.Mientras Musu estaba tendida otra niña de 14 años
escribía tranquilamente algo...los niños seguían jugando...y los adultos, sin
tomar precauciones, andaban preocupados, algunos
desgarrados.La vida tan cerca de la muerte...la vida
sigue.Besos.Coco.
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