Temprano hay un grupo
de gente joven que vienen y participan en una marcha que se hace como
entrenamiento. Dura casi dos horas y al final los que vuelven desayunan con
nosotros y hacen ambiente.
Un grupo
de cocineros-as preparan la comida que vamos a llevar luego a la cárcel donde
nos vamos a encontrar por primera vez con los internos y a quienes invitaremos a
una comida de la fiesta de D Bosco.
Hay buen
ambiente en la preparación, pero las cosas van demasiado lentas, de forma que
acabamos yendo a la cárcel casi a las tres. El recibimiento es bueno por parte
de unos y de otros y el ambiente parece aceptable, dentro de lo que puede ser
una cárcel. Siempre tienes tendencia a comparar y, después de haber estado en
Kandi en contacto con la prisión durante más de una docena de años, siempre te
vienen recuerdos de lo vivido anteriormente.
Por
lo menos aquí parece que la gente no pasa hambre, que ya es una cosa muy
importante. Algunos te piden cosas concretas. Como es la primera vez hago lo que
creo que tengo que hacer: escuchar lo que me dicen y prometerles que volveremos
de nuevo y entonces podremos ver lo que se puede hacer.
Los
jóvenes que nos han acompañado y que vienen por primera vez están impresionados
y hacen comentarios. Creo que está bien la experiencia. La comida que les hemos
dado les ayudará a que la tarde sea un poco más corta y esperemos próximos
encuentros para ver lo que pasa más de cerca.
Le he preguntado a uno de los guardianes si podía sacar alguna foto y me
dijo que mejor no. Dejé la cámara en el coche para no caer en la tentación y lo
que cuento es lo que he visto y la cámara estuvo de reposo esta vez.
Ha venido un grupo de jóvenes de Freetown, varios de los que han estado
aquí anteriormente. Quieren pasar la fiesta de D Bosco con nosotros y recordar
la experiencia que tuvieron. Estamos contentos de su venida y les acogemos con
cariño.
También hoy ha llegado el coche que vino en el contenedor y que habían
sacado en Freetown. Ha venido sin papeles, o por lo menos no los hemos
encontrado y el chófer se ha ido en cuanto lo ha entregado… Veremos a ver cómo
solucionamos la cosa.
Por otra
parte hoy también ha llegado el contenedor de las monjas clarisas a Milla 91. Y
ha venido un compresor que me habían enviado y, por suerte, lo han podido
descargar con una grúa, pues pesa dos toneladas y media. Allí está esperando que
vayamos a buscarle.
Por la
noche me he comunicado por Skype-mensajes con Loli, ya que la conexión hablada
no funcionaba. Por lo menos nos hemos podido escribir un rato y darnos noticias
de unos y de otros.
El tiempo que tenemos conexión es porque está encendido el generador, si
bien también la luz viene a media noche, pero la fuerza es tan poca que la
conexión a internet no funciona.
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