Vistas de página en total

domingo, 3 de abril de 2016

3 de Abril de 2016

Domingo Me ha costado dormir y también por la mañana despertarme es laborioso, pero como tengo los pueblos que me esperan, la motivación es fuerte y salgo pronto, como cada domingo. En Nagoyon ya hay gente que espera, además de los que traigo en el coche del pueblo anterior y el día es claro, lo que contribuye a que estén más despiertos y sean numerosos los presentes para el comienzo. Hoy, domingo de la misericordia y estando precisamente en el año de la misericordia, intento presentar esta imagen de Dios para con nosotros y les animo a que vayan a buscar a la gente que conocen que debería estar con nosotros y que no ha venido. La imagen de las cien ovejas y cómo Jesús busca la una dejando las noventa y nueve nos ayuda a ver que no podemos estar contentos los que estamos aquí, sino que tenemos, como Jesús, que ir a buscar a los que no han venido, pues en el cielo la fiesta será todos juntos. En Tikonko hay un cierto ambientillo y los del catecismo no han conseguido mucho, pero por lo menos alguien ha traído a otro y una mujer ha logrado venir con su marido, algo que celebramos y nos alegramos, esperando que la cosa siga en aumento. Creo que el catecismo que he comenzado es un reto y estoy dispuesto a acompañar a esta comunidad de forma que lleguemos a tener un grupo de adultos que puedan orientar a los jóvenes en su vida y en sus decisiones, algo necesario en esta situación particular que vivimos. En Towama hoy las cosas no están preparadas, la iglesia está cerrada y tardan un rato en abrir. Luego me hablan de que el grupo litúrgico no acaba de funcionar, pero yo creo que además hay otros que no les van a la zaga, pues la coral también tiene sus problemas y además no hay el lleno de otras veces. Donde esperaba una celebración festiva y gozosa, vivimos algo bien diferente, pero con un poco de paciencia habrá que esperar a ver la reacción, cosa que creo que es posible y deseable, ya que hay buenos elementos que creo que pueden hacer cambiar la cosa. En casa las misas las ha dicho un cura diocesano, ya que Joseph está en el capítulo y en la comida vivimos la despedida de Edison que va a participar unos días en un cursillo que han preparado para los recién llegados. Será en Makeni, durante esta semana. Me echo un rato la siesta y luego llamo al pocero para ver si está disponible y me dice que sí. Entonces comenzamos los preparativos para dejarle en la escuela de Balei, donde vamos a comenzar el pozo, algo que me lleva su tiempo. Tengo que comenzar por preparar lo que necesitamos: picos, palas, cubos, cuerdas, polea… Además de los moldes para el hormigonado, que se alquilan, algo que ahora mismo es complicado porque hay mucha demanda, pues es momento en el que muchos hacen pozos. Pero al final, después de varios recorridos, acabamos teniendo lo que buscamos y aparecemos en la escuela para contento de los maestros y algunos más presentes a quienes animo a que hagamos juntos un buen trabajo para bien de todos. He dejado al pocero en su sitio y espero que mañana puedan iniciar el trabajo. Yo ya sé que esta semana tendré que viajar varias veces y estar disponible aportando los materiales que necesiten, desde cemento a hierro y alambre, pasando por los imprevistos, pero creo que las cosas están bajo control y espero que en una semana seamos capaces de concluir una cosa muy interesante para la escuela y que nos ayudará a dar una forma nueva de ver la situación, pues la escuela no será sólo el sitio en el que se vienen a aprender cosas dentro del aula, sino que también en el exterior habrá actividades interesantes que nos ayudarán a fijar a los niños a la tierra en lugar de esperar a hacerlo unos años más tarde cuando ya con quince años han decidido ir a la aventura y entonces es difícil hacerles cambiar de idea. Pensamos hacer huertos y organizar viveros para plantar árboles, especialmente frutales, algo que aprenderán en la escuela, pero que practicarán en sus granjas, lo que no sólo les puede ayudar a fijarse a la tierra, sino también permitirles en unos años continuar sus estudios cuando los padres no les puedan pagar, pues los árboles que ellos han plantado ahora, estarán luego produciendo sus frutos y ellos dispondrán de los beneficios… Soñar es posible. En casa estamos sin luz y hago lo mismo que ayer. Me voy a dormir esperando que cuando venga la luz pueda hacer lo que sin luz resulta difícil, y es lo que estoy haciendo ahora, escribir la crónica.

No hay comentarios:

Publicar un comentario