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martes, 5 de abril de 2016

5 de Abril de 2016

Martes Volvemos a la situación del ordinario, aún estando en pascua. He leído el evangelio de ayer y el de hoy juntos para ayudar a comprender el comienzo del tercer capítulo de san Juan y explicar que lo que tenemos que hacer es comprender nuestra vida de cada día a la luz de la enseñanza de Jesús y no buscar los milagros o las apariciones. Hoy sí que está el profesor y tenemos la clase, que sigue dando con competencia e interés. Me resulta muy agradable ver cómo domina la situación y sabe exponer las cosas con sencillez y claridad de forma que comprendo lo que me explica con facilidad. Después del desayuno pienso llamar al mecánico, pero es él quien viene a casa. Se lleva el coche y un rato más tarde se presenta con piezas que hay que cambiar. Le doy lo que cuestan y así vuelve a la hora convenida con el trabajo hecho, lo que me permite cargar el cemento en el almacén y llevarlo a los que trabajan en el pozo. Me encuentro que les ha salido terreno duro y les cuesta el trabajo, pero con un poco de ánimo y buena voluntad serán capaces de llegar al agua sin tardar, aunque sea más tarde de lo que pensaba, pues están a poca distancia y avanzar se hace lentamente. Sigo un rato el catecismo en el pueblo de al lado, como cada martes. Se les ve animados y estoy intentando sensibilizar a los matrimonios para que hagan de padrinos efectivos de los que se preparan para la próxima vez que haya bautizos. Samuel ha ido a la uni y se ha reunido con algunos estudiantes y me dice que están dispuestos para comenzar mañana con la misa y el catecismo, así que ya están las cosas en marcha. Rezamos y cenamos con luz, pero luego se va y… a esperar a ver si vuelve en algún momento durante la noche y nos permite seguir con el trabajo en el ordenador que está bajo de batería.

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