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viernes, 13 de mayo de 2016

13 de Mayo de 2016

Viernes

La luz nos ha abandonado y me levanto con la luz de la linterna, lo mismo que luego en la oración. Para la misa hay un grupo no muy numeroso de personas. Hoy recordamos a la Virgen de Fátima, además de a la fundadora de las salesianas, que nos toca de familia.
Después de misa el profe de lengua me da un rato de clase y después del desayuno me doy una vuelta por el centro de pastoral donde encuentro al encargado de los cursos de los catequistas y hablamos un poco sobre la situación de los catequistas que tengo en los pueblos. También en la cáritas hablo sobre los que construyen pozos, que piensan venir y concertamos una entrevista. Luego salgo con el vehículo en busca de los papeles de los que recibieron sacramentos, que están en la parroquia, pero aquí toca esperar.
Voy a visitar a mi amigo Emmanuel, el señor que trabaja en reforestación y me dice que están de luto y que no me puede acompañar a la escuela, (ha muerto un compañero de trabajo en un accidente de tráfico), pero logro que venga conmigo y me enseñe el vivero que tienen en otra parte de la ciudad y que me resulta muy interesante, pues hay anacardos bien crecidos, lo que nos da más posibilidades de plantar en la escuela y en otros sitios. Se muestra muy amable y dispuesto y veré si durante la semana que viene logro alguna cosa más de él o de otras personas que pueda recomendarme.
Sigo hacia la catedral y me recibe un momento el obispo con quien hablo del colegio de Bo y de los maestros que pienso que puedan asistir a las clases y seguir su formación. Está encantado, pero parece que el problema es que aún no está reconocido por el Estado. También hablamos de los pueblos y él nos ofrece recuperar la parte de la parroquia que dejamos cuando nos encargamos de santa Teresa, una estación que se llama La Madonna. Lo que quiere decir que habrá más trabajo y necesidad de refuerzos. De todas formas eso es algo que concierne al provincial y cuando venga hablaremos del tema.
A la salida veo al cura párroco de la catedral y nos entendemos porque tienen problemas de agua. Le digo donde pueden encontrar agua abundante, (le sorprende verme buscar el sitio con el péndulo), y la posibilidad de contactar con los que nos han hecho los pozos a nosotros, cosa que haré sin tardar.
Nos encontramos en casa para la comida, que nos traen de fuera, pues la cocinera sigue enferma y después de la siesta salgo hacia los pueblos. Ha llovido y el camino está menos polvoriento, pero se va degradando con el agua. En Cassama hay algunas parejas, pero hoy parece que no toca tomarse las cosas en serio; aunque me dicen que rezan el rosario por las casas, algo que no he venido a ver porque lo hacen a las nueve de la noche y este pueblo está a veinticinco kilómetros de casa, lo que me hace tomar las cosas con cierta calma…
En Gbalehun no tienen prisa y comenzamos con un cierto retraso, lo que me permite saludar a la gente en algunas casas y enterarme de que un señor mayor a quien visitaba regularmente, ha fallecido esta semana. Les digo que rezaré por él.
En el rosario hay una cuarentena de personas, bastantes niños y le rezamos en una de las casas. Aquí tienen costumbre de rezarlo y los que dirigen lo hacen conociendo las cosas.

Vuelta a casa cargado con carbón y leña que la madre de Daniel ha comprado y que traemos a su casa. La cena, hoy con luz, y leer las noticias  y hacer la crónica son las ocupaciones que me distraen antes de pensar en acostarme.

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