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martes, 17 de mayo de 2016

17 de Mayo de 2016

Martes

Voy a rezar a Nagoyon y traigo la gente de Balei que están preparados. En total hay una cuarentena larga y me siento muy a gusto en la oración en la pequeña capilla de barro devorada por las termitas y el tiempo, que está pidiendo otra nueva.
Después de la misa vamos a rezar a la casa de la señora que vino del hospital y que sigue con problemas y también me preparo para ir a Balei para ver el comienzo de la escuela. Hoy el maestro principal ha ido a Tikonko porque le ha llamado el jefe tradicional. Están preparando un encuentro que no me ha quedado muy claro cómo lo organizan y en el que participan los directores de las escuelas. Tendremos información a medida que vaya saliendo.
En la escuela los alumnos remolonean un tanto para venir y hay una centena cuando el efectivo ronda los ciento cuarenta… Explicaciones siempre se pueden encontrar, pero la realidad es que los alumnos siguen sin acudir asiduamente…
Una cosa que se me ha ocurrido es suscitar el interés de los alumnos, sabiendo que están interesados por los árboles que vamos a traer, decirles que tendrán árboles los que tengan un buen número de presencias y manifiesten interés y aplicación en el trabajo. Los maestros estaban un poco sorprendidos de ver mi reacción, pero son conscientes que es la forma de sacar partido de los alumnos, cosa que pienso que siempre tiene que estar dispuesto a hacer un maestro.
En el camino de vuelta me paro en Tikonko para visitar la sede de una ong, que ya van varias veces que no están y me hace ver lo poco formales que son con los horarios y que tengo que tener paciencia y concienciarme que no tener prisa es importante para poder hacer algo.
Me llama el empresario de los pozos y me dice que si puedo hoy enseñar los sitios para excavar los pozos. Le respondo afirmativamente y me promete que enviará a un técnico para concretar los sitios de los pozos.
También me paso por el centro de reforestación y me dan todas las facilidades para retirar los arbolitos para plantar, pero hoy no puedo prometer nada porque espero que el técnico de los pozos me ocupe el tiempo antes de ir a seguir el catecismo a Nagoyon y el rosario después. Espero durante la semana tener tiempo para comenzar llevando los primeros ejemplares y así crear ambiente en la escuela entre profesores y alumnos.
Espero largo rato al técnico y me entiendo con los de la cáritas que nos llevarán a ver los sitios de los pozos. Al final acabo llamando al jefe y después de un largo rato me dice que el técnico ha tenido problemas en el desplazamiento y vendrá más tarde, lo que me hace ir a los pueblos de vacío y esperar a organizar las cosas mañana.

El catecismo comienza con cierto retraso y no hay tantos como en otros momentos anteriores, pero los maestros están en su puesto y la sesión se tiene para adultos y niños. Después rezamos el rosario yen la vuelta a casa el vehículo está lleno de gente que se apunta a viajar, desde los que viene al hospital a traer cosas para la señora que está enferma, hasta un viejo del pueblo que tiene una casa en Bo y que de vez en cuando visita. También he encontrado a gente por el camino, algunos cargados, que cuando les he ofrecido el vehículo lo han aceptado con cierta sorpresa y mucho agrado… Y es que pienso que el apostolado del transporte por aquí también prepara caminos de encuentro.

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