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jueves, 5 de mayo de 2016

5 de Mayo de 2016

Jueves

Salgo temprano. Aquí se celebra hoy la ascensión y no el domingo, lo que me ha hecho variar la disposición, pues voy a Towama para la oración de la mañana a las seis y luego a Balei, donde digo la misa en la escuela para los alumnos y pedimos en especial por los del último curso que van a pasar los exámenes la semana que viene.
En la escuela hay  buen ambiente y se suman unos cuantos de los que vienen a misa los domingos. Les animo a soñar y seguir pensando en cosas buenas a partir de lo que hemos ido haciendo hasta ahora y les anuncio que pronto tendremos arbolitos para plantar en la escuela y en cada una de las granjas de los que quieran plantar, algo que les hace ilusión, pues acaban aplaudiendo de forma espontánea.
Han hecho una procesión de ofendas y una treintena de alumnos traían productos que sacan del campo: mangos, piñas, cocos, aguacates, algo digno de verse y agradecerse; además de haberse esforzado en la colecta, pues ha salido más que en varios domingos juntos.
La vuelta es con el vehículo cargado de gente. Todos tienen su motivo para viajar, en particular algunos que van a una ceremonia por un difunto.
De regreso paso por la casa del jefe para sugerirle que necesitamos madera para los bancos de la escuela de Balei. Después voy a la ong World Vision, donde me recibe alguien que me dice que es católico y me pide que vuelva la semana que viene, pues el encargado está de viaje. Y llegando a Bo paso por el servicio de reforestación para concretar una visita de alguien del servicio a la escuela para motivar a alumnos y profesores, lo que les agrada y me prometen que la semana que viene estarán disponibles.
Con todo esto se me ha pasado la mañana y llego a casa a la hora de comer. La cocinera no está muy en forma, pero por lo menos ha preparado la comida, a la que sigue la siesta y un buen rato de trabajo de leer documentos y papeles que me esperan. También me han traído agua y he podido lavar la ropa que tenía cumulada de días anteriores.
Echo carburante en el vehículo, tarea complicada en algunos momentos en los que escasea y se organizan colas considerables. Hoy no he tenido que esperar mucho y eso me permite ir con tiempo al pueblo para rezar el rosario y pensando en visitar y saludar a la gente por las casas, pero la lluvia me hace quedarme tranquilamente en el vehículo viendo cómo llueve y esperando mejor ocasión para poder saludar al personal en su ambiente.

Tampoco ha venido mucha gente hoy para el rosario. Puede que la lluvia haya tenido su influencia, lo mismo que también ha influido  la lluvia en la presencia de insectos, hoy termitas  de tamaño mediano y hormigas aladas negras pequeñas que llegaban a miles a la luz de la linterna.

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