ASCENSIÓN SIN FOTOS...........

Hoy celebramos la fiesta de la Ascensión y… Me propongo contar lo que he vivido, pero, como no tengo cámara, por eso lo de “sin fotos”… Intentaré describir lo que he visto fiándome de los recuerdos y no como hacía otras veces confiando también mi memoria a las fotos que luego vería en casa. Me levanté temprano, como casi todos los días y un rato antes de las seis ya estaba en un pueblo donde celebramos la eucaristía un grupito de personas, la mayoría ancianas, pero también algunos niños. Era aún de noche y la linterna me ayudó en el trabajo hasta que al final se hizo de día y veíamos claramente. Me encontré a gusto en la celebración y la participación fue buena. Les he ofrecido si quieren que venga una vez por semana a celebrar con ellos la eucaristía y han respondido positivamente. Creo que es la forma de ir creando comunidad y fundándola en Jesús, su palabra y su cuerpo. La mañana estaba tranquila y disfruté viendo la salida del sol y escuchando el canto de los pájaros. Me pasé un momento por nuestro terreno a la espera de comenzar actividades en él y después fui a la escuela de Balei, donde ya me esperaban y donde llegué con el vehículo cargado de gente que recogí en el pueblo anterior, Nagoyon, y que iban a participar en la misa. La escuela de Baleri es una escuela católica, aunque en realidad de ello tiene el nombre y poco más, pero tratamos de hacer de esta y de otras que llevan el mismo apelativo, centros modelo para que los alumnos puedan recibir una buena formación. Esperemos que lleguemos a buen puerto en el intento. Hoy me habían pedido que rezara de una manera especial por los del último curso que se van a presentar a examen y aproveché la fiesta de la ascensión para reunir a los alumnos de la escuela y los cristianos de buena voluntad que quisieron participar en la celebración. La misa fue amenizada por el coro que siempre está disponible y hubo una bonita procesión de ofrendas, en la que una treintena de alumnos vinieron trayendo frutos de las granjas, mangos, aguacates, cocos, piñas. Todo un abanico de lo que producen y también para dar las gracias por el trabajo que estamos haciendo en la escuela Y es que están muy contentos y motivados. El número de alumnos se ha doblado desde que empezamos el curso y nos hemos tomado las cosas en serio, y esperamos que siga en aumento. La realidad es que los profesores están siendo seguidos y ayudados. Donde no recibían nada del estado, pues ninguno tiene titulación, nosotros les damos un pequeño incentivo cada mes; y los alumnos son seguidos por los maestros que también ven en ellos la motivación de su labor. Hemos trabajado en la escuela empezando por un pozo de agua para beber con una bomba que mana abundante y a la que la gente recurre porque en el pueblo no tienen agua y también un pozo para poder hacer huertos que ya han comenzado a utilizar. El ambiente es bueno y positivo y el trabajo que vamos haciendo se percibe en la forma como te reciben y te acogen tanto los maestros como los alumnos. La misa ha sido también el momento para rezar juntos todos los que vienen a la escuela de la confesión que sean y he aprovechado también para darles la noticia de la plantación de árboles, algo que han recibido con aplausos y muestras de satisfacción. Acabo de entrar en contacto con los que se encargan de la reforestación y me han prometido árboles para plantar, lo que me ha parecido estupendo y para lo que trato de sensibilizar a los maestros para que a su vez, ellos motiven a sus alumnos y podamos comenzar la reforestación de forma decidida y eficaz, tanto en la escuela como en sus granjas. Sé que estas cosas son lentas y llevan tiempo, pero también sé que no es la primera vez que estoy en esto de plantar árboles y la experiencia de haber preparado otros antes de ahora, me anima a ver que las cosas van a ser muy claras y tengo a los maestros que me van a servir de portavoz con los alumnos y los padres de alumnos, de forma que el efecto multiplicador aparezca en el trabajo que hacemos. Soñar no es que sea posible, creo que soñar es necesario, y es algo para lo que me ejercito cada día ante cualquier dificultad y me anima el ver que hay gente que escucha, que te sigue y que están dispuestos a recorrer el lento camino de acompañar a alumnos y arbolitos, en su trabajo de crecer cada día. A la vuelta he pasado por la casa del jefe tradicional para pedirle madera para los pupitres de la escuela, que no tiene. He visitado una ong para ver en qué nos pueden ayudar y me han sugerido que el martes nos podremos ver y presentar iniciativas. En Bo, he vuelto al sitio donde estuve ayer para la reforestación y hemos concretado una visita a la escuela de uno de los empleados para motivar a los alumnos a la hora de plantar los árboles. Cuando llegué a casa era la hora de comer… Y todavía me quedaba la tarde… Pero creo que con lo de la mañana es suficiente, pues tampoco quiero ser largo. Además así puedo tener una continuación en otro momento. Quiero agradecerte, Señor, la mañana de tu ascensión, en la que nos dejas, pero que estás presente en medio de nosotros, y nos das las fuerzas para ser tus testigos con nuestros hermanos. Danos crear comunidades en las que Tú estés presente y en las que tu Espíritu nos guíe y nos oriente y creemos pueblos donde nos ayudemos y nos hagamos la vida más fácil unos a otros.