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viernes, 20 de mayo de 2016

20 de Mayo de 2016

Viernes

Nos levantamos sin luz y los mismo nos pasa en la oración y en la misa donde ya tenemos el generados que nos da para ver.
Después de la misa tengo un rato de clase de lengua local con el profe que me ayuda en la lectura y entonación de lo que voy a leer en los pueblos y que poco a poco voy comprendiendo y tratando de mejorar en lectura y pronunciación.
Sigo con la cuestión de los árboles y sigo buscando la posibilidad de tener por lo menos algunos para llevar a la escuela y que los alumnos los vean, pero sigo teniendo que esperar. Por ahora me han dicho que el lunes estarán disponibles. Y una vez que he salido voy a la parroquia a buscar los papeles de los bautizados y sigo encontrando la puerta cerrada y también visito el hospital donde me encuentro con una de las parejas de Nagoyon. Hay una señora que tiene problemas con un pecho y la han hospitalizado por segunda vez. Están encantados de verme y pasamos unos momentos agradables juntos, aunque la conversación es muy reducida, pues ella no habla más que la lengua local.
En casa trabajo un rato en hacer cuentas y organizar lo que voy a hacer en los pueblos y después de comer, durante la siesta, tenemos una pequeña tormenta que refresca el ambiente, pero que no moja mucho el suelo.
En los pueblos me acompaña Samuel. Hoy no viene la señora Cecilia. En Cassama seguimos con los mismos problemas de las parejas. No se han tomado aún en serio las cosas y hay situaciones que no deberían darse, incluso peleas entre parejas, lo que me sirve para hacerles ver que todos estamos en el mismo barco y que si unos se van a pique, todos fracasamos. Pero veo también su sinceridad cuando tratan de manifestarme su complejo de que son malos, algo que no les puedo admitir y les hago ver que Dios nos quiere a todos de la misma forma y no hace ninguna distinción entre personas… Pero siguen pensando en lo suyo… Les animo a rezar y a hacerlo con fe, que es el problema que me parece que tenemos en el grupo. Me prometen hacerlo  durante la semana.
Hoy están decididos a ir a rezar el rosario en el otro pueblo del que suele venir una pareja y les llevo en el vehículo. El camino es tortuoso, pero se puede llegar. Hay una cierta sorpresa de vernos llegar. Nos saludamos. Muchos me conocen y nos hemos visto en el camino. El rosario se reza en una casa y unos cuantos se acercan. El final reparto más de treinta estampas que reciben con devoción.
Vuelvo a su pueblo a los que vinieron a rezar y trato de llegar lo antes posible al pueblo siguiente, donde aún no han comenzado a rezar y es porque no encontraban la llave de la iglesia para traer la estatua de la Virgen, así que llegamos en el momento en que comienzan y al final reparto más de cincuenta estampas.

La vuelta a casa es apresurada, pues una nube amenaza descargar agua, pero llegamos sin problema y el generador nos da luz. Después, tarde también aparece la luz de la ciudad.

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