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domingo, 21 de mayo de 2017

21 de Mayo de 2017

Domingo

Amanece un día despejado y claro de sol. Voy a Madonna para la misa, mientras ya se va preparando en casa el ambiente de celebración de la primera misa del que fue ordenado el viernes. Cuando vuelvo de la misa en la otra parroquia, aún están en la homilía y la misa en casa es larga, y la gente se lo toma con calma. Recorro los alrededores de la iglesia donde los que están fuera siguen la misa y voy saludando a los conocidos.
Después de la misa, unas cuatro horas, cada uno va a su sitio para la comida y se desata una buena lluvia, que siempre es signo de bendición y hoy también acompaña al misacantano en la acción de gracias. El ambiente es de fiesta y las cosas se suceden en la calma.
El provincial y los que con él vinieron regresan a Lungi, esta vez les lleva Sergej, mientras Joseph se las entiende con lo que queda del trabajo, además de una misa de funeral por alguien de la parroquia que será enterrado mañana.
Tengo tiempo para visitar al mecánico quien me promete que mañana el camión estará disponible para la primera prueba y quedamos en ello para por la mañana.
El tiempo se ha serenado, estoy un buen rato con los que han venido de Liberia a la reunión de los jóvenes y veo la calidad de su oración y cómo están bien organizados. Los que han venido son unos pocos dentro de un amplio movimiento de jóvenes, cosa que por aquí aún no tenemos organizada. Los demás jóvenes han partido cada uno por sus medios a destino.
Por la noche en un momento que me encuentro con Joseph le siento cansado, cosa normal después de los trajines que se ha traído y le animo, pues durante esta semana le esperan aún unas cuantas cosas más.

La conexión no es buena, pero por lo menos puedo seguir las noticias.

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