Amanece brumoso y luego se despeja. El sol calienta y la vida sigue. La oración de la mañana es con la linterna y la misa con el generador. Después del desayuno tenemos reunión y el trabajo en el pozo se sigue normalmente. Manolo y Emilio están cerca y tomando fotos de cada una de las maniobras de los que trabajan y con cientos de críos alrededor, los que disfrutarán del agua que estamos buscando.
Voy a visitar al obispo porque hay de por medio la ordenación de un salesiano y será en el mes de mayo, junto con otros dos de aquí de la diócesis. Me recibe y hablamos un rato. Está contento de la cosa y sigue un encuentro de programación con otros que están preparando la ordenación.
En la comida tenemos la fruta que trajimos el sábado. Es algo que nunca habían visto antes y, como es de sabor dulce, les agrada y toman un buen trozo. Me dicen que les es más agradable que el aguacate que probaron el otro día.
Me paso mucho de la tarde intentando la conexión con internet, pero hace varios días que no hay forma. Al mismo tiempo veo a través de la ventana la evolución de los trabajos en el pozoy como Manolo y Emilio están cerca y sacan fotos.
Hablo un poco con Emilio y Manolo y después les invito a ir a saludar a los que trabajan en el pozo cuando están de reposo. Es interesante el contacto con ellos y cuando te explican las cosas. Hoy han llegado a una capa de arcilla y, como suele pasar siempre, la arcilla te crea problemas. Se ha cegado el hueco que hacen y tienen que volver a empezar, con lo que han perdido el avance que han hecho de varios metros. Pero me dicen que mañana esperan recuperar lo perdido y llegar hasta el agua.
Rezos, cena y un poco de tertulia bastante relajada hacen el día completo y la noche con luna y sin luz.
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