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lunes, 20 de marzo de 2017

20 de Marzo de 2017

Lunes

Celebramos hoy la fiesta de san José, que no se pudo celebrar ayer. En la misa hay un buen grupo de gente, aunque pocos para la fiesta que celebramos. Pedimos a san José que nos proteja y guíe. No he felicitado a los “José” porque no ha habido conexión y tampoco ahora tengo tiempo de hacerlo aunque sea con retraso y sigamos sin conexión.

La bomba del pozo de la escuela está instalada y Emilio y Manolo siguen los pasos con interés y alegría desbordante. La verdad es que tienen poco tiempo para disfrutarlo, pues acto seguido vamos al nuevo sitio donde se va a ubicar el nuevo pozo, pasando antes por la tienda de materiales de construcción y comprando una tonelada de cemento… Me acompañan Emilio y Manolo y… Un poli me viene a decir que he aparcado en un paso cebra… Está tan borrado que no lo he visto… Y además se me ha acabado la licencia… Y me pide ir a la policía, pero al mismo tiempo el que me lleva de la tienda donde he pagado el cemento al almacén, está en el vehículo y me dice que vaya al almacén… Discutiendo entre el poli y el empleado, los llevo detrás en el vehículo… Acabo yendo al almacén y el poli se conforma con lo que llevo en la cartera, alrededor de ocho euros… Que me pide que lo deposite en su gorra y está atento para que Manolo no le saque la foto… Es una experiencia más de la mordida que tienes que dar de vez en cuando y de la corrupción que hay en todos los niveles.

Vamos a Nagoyon donde dejo el cemento y el vehículo, pues a Majigbé no hay camino, sino sólo un sendero. Los porteadores están transportando el material que ha traído un camión y aquí está la viva estampa de los porteadores de las pelis que vemos de África, y ahora porque no hay otra forma de hacerlo, pues no hay camino y un trecho que tienen preparado, lo han hecho a mano.

He explicado que es este pueblo, que es el extremo opuesto de la ciudad, pues aquí hay muy poca gente, no llegan a cincuenta, pero si hay una razón que me ha movido a hacer un pozo es el interés que he visto en la gente del pueblo. Vienen a rezar a las seis de la mañana, y recorren el sendero que les separa de la iglesia en plena oscuridad; además las parejas del pueblo están haciendo un excelente trabajo. Por todo ello me ha parecido interesante contarles entre los que necesitan agua, pero que además tienen interés en hacer algo bueno por el pueblo.

Están fuera de sí de contentos, tanto hombres como mujeres, pues el agua en un pozo es algo que nunca pudieron soñar en tener y ven que han comenzado los pasos para lograrlo.

Joseph y Christian han ido a Freetown, pues se ordena uno de la parroquia de diácono y asisten a la ceremonia. Volverán mañana.

Por la tarde hemos vuelto a ver el trabajo, y de nuevo hemos hecho el camino a pie. Han dejado de trabajar en el pozo. Han hecho unos nueve metros y ya sale la tierra mojada. Mañana volveremos a ver lo que han avanzado.

En Nagoyon las cosas van a buen ritmo. Se ha marcado el terreno y han comenzado a cavar las zanjas para los cimientos. También hemos ido a Balei a ver si salen las cebollas que han plantado, pero por ahora todavía es pronto. Por lo menos el jefe de los maestros viene a regar los semilleros.

Llegamos a casa con la noche ya cerrada, Por suerte hay luz y la conexión a internet, aunque muy débil, por lo menos existe y permite leer algunos mensajes de texto.

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