Digo la misa en Nagoyon y traigo a la gente que va a limpiar en nuestro terreno en Towama. Hoy hay más que la semana pasada y esperamos hacer un buen trecho. Les dejo en el trabajo y vengo a buscar comida para llevarles y al mismo tiempo veo el trabajo que hacen en el pozo, que ya se acercan a los veinte metros. Ya han pasado la arcilla y sale arenisca, sitio propicio para encontrar agua. Pero han tenido algún problema con la arcilla de nuevo y han tenido que recomenzar porque no contenían las paredes. Paciencia de nuevo y vuelta a empezar.
Les voy a llevar comida y me acompañan Joseph y Emilio. Han comenzado por la parte más baja porque se hace más fácil el trabajo subiendo que bajando. Llevan un buen trozo hecho, pero les queda mucho más de lo que puedan hacer en varios días.
Cuando voy a buscar a los que trabajan en el terreno hay alguien que ha entrado en nuestra finca y ha preparado las cosas para hacer su plantación. Me le presentan y le digo que el domingo nos veremos en el pueblo después de la misa, que la gente del pueblo me sepa decir algo sobre él, pues no merece la pena discutir por algo que no es importante.
En Nagoyon y Balei seguimos con el catecismo, si bien un poco retrasados, pues antes he tenido un largo rato de reunión con los maestros para intentar aclarar las cosas con respecto a lo que cada uno debe colaborar en el trabajo de la iglesia.
En casa estamos sin luz y después de la cena viene un momento, luego se va y vuelve a los pocos minutos, pero se fue de nuevo y ya toda la noche estuvimos a oscuras. En un momento dado comenzó a hacer viento y luego cayeron unas gotas de lluvia, pero casi nada y bastante localizada, y por lo menos pudimos dormir sin sudar.
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