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jueves, 22 de junio de 2017

22 de Junio de 2017

Jueves

Durante la noche me despierto congelado de frío. Me cambio de ropa porque está mojada y me abrigo. Me cuesta más de una hora volver a recuperar el calor y dejar de temblar. Es lo que tiene el paludismo. Luego logro dormir y me recupero un poco. Por la mañana no me encuentro en forma y me levanto más tarde que de costumbre. He sudado y me siento cansado, pero es lo que pasa con el paludismo.

He pasado la mañana desde que levanté en la iglesia, es jueves y estoy en la adoración del santísimo. Sudo en abundancia, pero no me encuentro mal. Después de comer duermo un buen rato la siesta y vuelvo a la iglesia. El tiempo se pasa sin mayor dificultad hasta la hora de la misa. Me siento débil y los oídos me zumban, pero digo la misa sin problemas.

Después de cenar llegan desde Freetown Jorge, Andreas y un trabajador de la ong que mañana irán a ver una granja que tienen unos argentinos en una zona no lejana de aquí, pero que no hay carretera asfaltada. Les acompañaré para ver el trabajo que hacen y aprender para ver si podemos hacer algo parecido en los pueblos.


Cenan y después tenemos un rato de animada conversación, en particular sobre lo que tenemos entre manos como proyecto en Bo. Me siento a gusto y no parece que hubiera pasado anoche lo que pasé. Esperemos que dure, pues la malaria es capaz de volver cuando no te la esperas.

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