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domingo, 25 de junio de 2017

25 de Junio de 2017

Domingo

Como es domingo y no voy pronto a los pueblos no tengo que madrugar y puedo estar un rato más en la cama. Durante la noche hubo luz y me las arreglé para desbloquear el libro electrónico y he podido seguir leyendo cuando  no dormía.

Voy a decir la misa a Madonna y, como de costumbre, muchos llegan tarde y les dejo como propuesta el estar a la hora en su destino. Lo han aceptado pero habrá que ver lo efectivo de la promesa la semana que viene.

Está lloviendo y me voy a decir misa a Towama. Luego escampa y la gente va llegando, bastantes con retraso, cosa que les hago ver en la homilía, además de otros retos referentes a venir a misa o querer encontrarse con Dios. Creo que me han seguido y han comprendido lo del reto, pero ya se lo he propuesto muchas veces y hasta ahora seguimos en las mismas y nadie se mueve. Al final la iglesia estaba casi llena.

Vengo a casa a comer. Estoy cansado o por lo menos siento fatiga, efectos del paludismo que acabo de pasar. Me tomo el plato de arroz y me echo un buen rato la siesta. En casa, la misa de los jóvenes tienen folklore y acaba muy, muy tarde. A pesar del ruido que arman, duermo largo rato y profundamente, de forma que me levanto descansado y en forma para el trabajo de la tarde.

La reunión en Towama ha pasado bajo los cauces de una más, aunque para mí ha sido importante, pues hay nombrado secretario de las reuniones y se ha sugerido tener un orden de temas a tratar.

Están presentes gente de Nagoyon y Balei, además de los de Towama y luego aparecen algunos de Tikonko en una moto. Imagino que los demás no han venido a cuenta de la lluvia y también se les hace referencia como para advertirles de la ausencia.

La comida que han preparado es muchísima para los pocos que vienen, lo que hace pensar que otros se habrán alegrado cuando les toque el reparto.

Salimos de estampida, pues es muy tarde para la misa en Nagoyon. Llevo el vehículo lleno y espero que no haya lluvia, o por lo menos que no sea muy fuerte.

En el pueblo nos esperan en la iglesia, pues está lloviendo. Comenzamos la misa y la participación de la gente es buena. Cualquier referencia en la homilía pasa por la construcción que hacemos, el esfuerzo que ello cuesta y el que seamos conscientes que estamos haciendo un trabajo para Dios.

Llevo a un grupo de gente a Balei, pues la lluvia sigue y luego traigo otros al poblado siguiente y al operador de la motosierra hasta Tikonko donde espera encontrar solución a su problema de que no arranca bien.

En casa estamos sin luz, cenamos a oscuras y luego la luz viene y se va con frecuencia por lo que intento hacer lo que debo en el ordenador y que cargue mientras trabajo.


Me siento cansado, pero escribo para que no se me olvide lo vivido en el día.

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