Hoy la visita al pueblo se realiza por la mañana. Después del desayuno
y cuando ha venido la luz, salimos hacia el pueblo que no conocemos. Nos conduce
el catequista, Bartolomé.
Para
empezar no está en la ruta que utilizamos regularmente hacia Tikonko, sino que
seguimos el asfalto y llegamos hasta el río que también sale en las fotos de
Google. La carretera es aceptable con algunos tramos deteriorados.
Cuando
llegamos, nos esperan los críos de una escuela uniformados y haciendo la
pasarela a la entrada de un campamento militar. Saco unas cuantas fotos, pues es
algo que no nos esperábamos. Nos reciben los militares y nos saludan con
afecto.
Entramos
en el campamento y en la escuela que dirigen varios maestros y en varios
edificios. El que dirige la operación es un señor vestido en traje militar y a
quien todos hacen referencia y que hemos visto el otro día en la reunión que
convocamos en Tikonko vestido de civil.
Es una
persona amable y agradable. Nos conduce a una de las salas de clase en la que
hay dos cursos juntos, un edificio bajo y con poca luz donde dos cursos
distintos tienen la clase. Después me doy cuenta que es una antigua
mezquita.
En esta
clase saludamos a los alumnos y nos damos cuenta de que saben el padre nuestro y
el avemaría en inglés, pero a ellos les hablan criollo. Los alumnos son
numerosos y están bien encuadrados por varios maestros. Nos presentan los mismos
problemas que en las otras escuelas, pero aquí nos damos cuenta de que los críos
están en clase y los maestros están al frente, algo que no hemos visto en las
escuelas precedentes. Repetimos la misma idea; Estamos con vosotros y queremos
acompañaros y ver lo que juntos podemos
hacer.
Nos
llevan a saludar a la autoridad del campamento, un militar joven, sentado en una silla, hablando por un móvil,
frente a un infiernillo donde hay comida calentando. Finalizada la conversación
se presenta como alguien que está en la fuerza de paz del oeste africano y que
espera ir a hacer un año de formación a China. Nos da la bienvenida y seguimos
camino hacia los otros edificios en los que hay más alumnos. Uno de estos
edificios es la iglesia católica, una construcción de adobes donde hay orden y
los alumnos trabajan en silencio. Al exterior hay otro grupo de alumnos de otro
curso que trabaja con orden. Allí mismo hay unos cuantos adultos que son los
católicos que nos esperan. Se esfuerzan por hablar en inglés, pero es el criollo
lo que hablan normalmente. El criollo tiene muchas palabras inglesas, alguna
francesa y otras yorubas… Buena mezcla, que a veces logro entender
algo.
Esta
comunidad se reúne los domingos para rezar en la iglesia. Hay un encerado que lo
demuestra, pues están escritas las citas de las lecturas del domingo y las
referencias de los cantos. No son numerosos, pero son asiduos y uno, mayor, de
nombre José nos dice que quiere bautizarse.
El
militar que nos va conduciendo de un sitio a otro, es además del animador de
todo lo que es la escuela, el catequista del grupo y el que lo dirige. Nos da
una buena impresión y parece ser alguien interesado en servir a los demás. A
preguntas nuestras nos dice que es del noreste y que está aquí hace dos años y
que es posible que acabe retirándose aquí para poder hacer que la escuela y la
comunidad de los que rezan sigan funcionando.
Seguimos
la conversación y el camino que ahora nos lleva a otro punto del campamento
donde piensan construir nuevos edificios para la escuela. Ya hay unos cuantos
bloques hechos y cuando nos habla de los problemas que tienen le decimos que
estaremos a su lado para ayudarles en lo que podamos. Se ponen muy contentos
cuando les hacemos comentarios de la manera de construir y de la presencia de
agua para hacer un pozo allí muy cerca. Quedamos en que sobre este tema nos
volveremos a ver y compartir experiencias y conocimientos.
Nos
promete traer la lista de los que se reúnen a rezar los domingos y los que de entre ellos están bautizados.. Seguimos
atravesando el campamento. Hay un pelotón que está haciendo instrucción y me
recuerda la peli el libro de la selva y
los desfiles de los elefantes, cosa que se hace divertida.
Acabamos
yendo a ver un terreno que nos propone como sitio que le han ofrecido a la
diócesis para posibles construcción de una iglesia. Habrá que ver cómo andan las
cosas porque por el momento no hay papeles hechos. Nos promete dar los pasos al
respecto. Finalizado el paseo, nos despedimos hasta la próxima.
La
impresión que nos ha dado la visita es buena. Hay una comunidad heterogénea que
se reúne para rezar los domingos por la mañana y hace catecismo. Hay una escuela
organizada y que tiene los alumnos en clase, cosa que las otras que hemos visto
aún no los tienen. Hay proyectos de construir nuevos edificios y ampliar la
escuela con la preescolar y la secundaria. Hay ya muchos bloques de ladrillos
hechos. Y hay algo que se mueve. Por ello estamos contentos y le damos gracias a
Dios de lo que hemos encontrado y le pedimos que nos ayude a estar al lado de
estas personas que cuentan con nosotros y que nosotros contamos con
ellos.
Hoy no ha
habido invitación a comer, como en los otros pueblos y al volver a casa nos
comemos unos plátanos de los que nos dieron ayer y el coci nos cuece unos ñames.
Habíamos hablado de que nos los asara, pero parece que no entiende lo que le
dices, siempre te dice que sí y luego hace lo que puede… Por lo menos estaba
bueno y se podía comer.
La luz
que había venido por la mañana sigue y
aprovechamos para cargar las baterías que estaban descargadas, antes de que se
vuelva a ir, cosa que hace ya de forma regular a media tarde. Por lo menos hoy
el coci ha podido también planchar.
Lugo
viene el sastre al que se le han encargado unas cortinas para las ventanas… Hay
alguna chapuza, pues ha cortado a medida de las ventanas de una habitación, pero
no todas las ventanas son iguales… Pasa hasta en las mejores
familias.
Acto
seguido llega el fontanero. Queremos hacer obra en la habitación y estamos
hablando un rato con él. Nos escucha, le escuchamos y quedamos de seguir
buscando una buena solución a las habitaciones que no tienen baño y que son muy
pequeñas para poder hacer más divisiones. Estamos hablando un rato con él y se
muestra muy interesado en los comentarios que le hacemos sobre unas cuantas
cosas que se han hecho en la casa en la que estamos viviendo.
Salimos
a saludar a los curas de la parroquia. No los encontramos, pues los dos dan
clases. Visitamos a otro cura de la parroquia cerca de casa y volvemos para
cenar. La luz ya se había ido a media tarde y seguimos como cada noche con las
linternas para poder trabajar un rato
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