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martes, 14 de enero de 2014

14 de Enero de 2014

  Hoy la visita al pueblo se realiza por la mañana. Después del desayuno y cuando ha venido la luz, salimos hacia el pueblo que no conocemos. Nos conduce el catequista, Bartolomé.
      Para empezar no está en la ruta que utilizamos regularmente hacia Tikonko, sino que seguimos el asfalto y llegamos hasta el río que también sale en las fotos de Google. La carretera es aceptable con algunos tramos deteriorados.
       Cuando llegamos, nos esperan los críos de una escuela uniformados y haciendo la pasarela a la entrada de un campamento militar. Saco unas cuantas fotos, pues es algo que no nos esperábamos. Nos reciben los militares y nos saludan con afecto.
       Entramos en el campamento y en la escuela que dirigen varios maestros y en varios edificios. El que dirige la operación es un señor vestido en traje militar y a quien todos hacen referencia y que hemos visto el otro día en la reunión que convocamos en Tikonko vestido de civil.
       Es una persona amable y agradable. Nos conduce a una de las salas de clase en la que hay dos cursos juntos, un edificio bajo y con poca luz donde dos cursos distintos tienen la clase. Después me doy cuenta que es una antigua mezquita.
        En esta clase saludamos a los alumnos y nos damos cuenta de que saben el padre nuestro y el avemaría en inglés, pero a ellos les hablan criollo. Los alumnos son numerosos y están bien encuadrados por varios maestros. Nos presentan los mismos problemas que en las otras escuelas, pero aquí nos damos cuenta de que los críos están en clase y los maestros están al frente, algo que no hemos visto en las escuelas precedentes. Repetimos la misma idea; Estamos con vosotros y queremos acompañaros  y ver lo que juntos podemos hacer.
       Nos llevan a saludar a la autoridad del campamento, un militar joven,  sentado en una silla, hablando por un móvil, frente a un infiernillo donde hay comida calentando. Finalizada la conversación se presenta como alguien que está en la fuerza de paz del oeste africano y que espera ir a hacer un año de formación a China. Nos da la bienvenida y seguimos camino hacia los otros edificios en los que hay más alumnos. Uno de estos edificios es la iglesia católica, una construcción de adobes donde hay orden y los alumnos trabajan en silencio. Al exterior hay otro grupo de alumnos de otro curso que trabaja con orden. Allí mismo hay unos cuantos adultos que son los católicos que nos esperan. Se esfuerzan por hablar en inglés, pero es el criollo lo que hablan normalmente. El criollo tiene muchas palabras inglesas, alguna francesa y otras yorubas… Buena mezcla, que a veces logro entender algo.
        Esta comunidad se reúne los domingos para rezar en la iglesia. Hay un encerado que lo demuestra, pues están escritas las citas de las lecturas del domingo y las referencias de los cantos. No son numerosos, pero son asiduos y uno, mayor, de nombre José nos dice que quiere bautizarse.
       El militar que nos va conduciendo de un sitio a otro, es además del animador de todo lo que es la escuela, el catequista del grupo y el que lo dirige. Nos da una buena impresión y parece ser alguien interesado en servir a los demás. A preguntas nuestras nos dice que es del noreste y que está aquí hace dos años y que es posible que acabe retirándose aquí para poder hacer que la escuela y la comunidad de los que rezan sigan funcionando.
       Seguimos la conversación y el camino que ahora nos lleva a otro punto del campamento donde piensan construir nuevos edificios para la escuela. Ya hay unos cuantos bloques hechos y cuando nos habla de los problemas que tienen le decimos que estaremos a su lado para ayudarles en lo que podamos. Se ponen muy contentos cuando les hacemos comentarios de la manera de construir y de la presencia de agua para hacer un pozo allí muy cerca. Quedamos en que sobre este tema nos volveremos a ver y compartir experiencias y conocimientos.
      Nos promete traer la lista de los que se reúnen a rezar los domingos y los  que de entre ellos están bautizados.. Seguimos atravesando el campamento. Hay un pelotón que está haciendo instrucción y me recuerda  la peli el libro de la selva y los desfiles de los elefantes, cosa que se hace divertida.
       Acabamos yendo a ver un terreno que nos propone como sitio que le han ofrecido a la diócesis para posibles construcción de una iglesia. Habrá que ver cómo andan las cosas porque por el momento no hay papeles hechos. Nos promete dar los pasos al respecto. Finalizado el paseo, nos despedimos hasta la próxima.
        La impresión que nos ha dado la visita es buena. Hay una comunidad heterogénea que se reúne para rezar los domingos por la mañana y hace catecismo. Hay una escuela organizada y que tiene los alumnos en clase, cosa que las otras que hemos visto aún no los tienen. Hay proyectos de construir nuevos edificios y ampliar la escuela con la preescolar y la secundaria. Hay ya muchos bloques de ladrillos hechos. Y hay algo que se mueve. Por ello estamos contentos y le damos gracias a Dios de lo que hemos encontrado y le pedimos que nos ayude a estar al lado de estas personas que cuentan con nosotros y que nosotros contamos con ellos.
      Hoy no ha habido invitación a comer, como en los otros pueblos y al volver a casa nos comemos unos plátanos de los que nos dieron ayer y el coci nos cuece unos ñames. Habíamos hablado de que nos los asara, pero parece que no entiende lo que le dices, siempre te dice que sí y luego hace lo que puede… Por lo menos estaba bueno y se podía comer.
      La luz que había  venido por la mañana sigue y aprovechamos para cargar las baterías que estaban descargadas, antes de que se vuelva a ir, cosa que hace ya de forma regular a media tarde. Por lo menos hoy el coci ha podido también planchar.
      Lugo viene el sastre al que se le han encargado unas cortinas para las ventanas… Hay alguna chapuza, pues ha cortado a medida de las ventanas de una habitación, pero no todas las ventanas son iguales… Pasa hasta en las mejores familias.
       Acto seguido llega el fontanero. Queremos hacer obra en la habitación y estamos hablando un rato con él. Nos escucha, le escuchamos y quedamos de seguir buscando una buena solución a las habitaciones que no tienen baño y que son muy pequeñas para poder hacer más divisiones. Estamos hablando un rato con él y se muestra muy interesado en los comentarios que le hacemos sobre unas cuantas cosas que se han hecho en la casa en la que estamos viviendo.

       Salimos a saludar a los curas de la parroquia. No los encontramos, pues los dos dan clases. Visitamos a otro cura de la parroquia cerca de casa y volvemos para cenar. La luz ya se había ido a media tarde y seguimos como cada noche con las linternas para poder trabajar un rato

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