Seguimos sin luz. Esta vez la cosa ha durado casi veinte horas. Después de la
oración y el desayuno nos viene Alfred, el que será nuestro cocinero. Hablamos,
proponemos y comienza a limpiar aquí y allá. Más tarde vienen Cecilia, la madre
de un salesiano y el sastre y vamos a comprar tela para hacer cortinas para la
casa. De camino nos encontramos con
quien puede ser nuestro profesor de legua en mende y nos trae otro como ayuda.
Son dos personas mayores y de buena experiencia. Esperamos hacer un buen trabajo
con ellos.
Tarde
tranquila y reposada, aunque sin luz y con poca calidad en la conexión a
internet, pero ya nos vamos acostumbrando.
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