Hemos estado toda la noche sin luz, pero finalmente por la mañana nos ha
llegado. Rezamos, desayunamos y esperamos la venida del que nos va a informar
sobre las posibilidades de conectarnos a internet. Después viene de nuevo la
monja, Bernadette, solícita y atenta con nosotros en cualquier cosa que podamos
necesitar.
Finalmente acaba llegando Roland, el que nos presenta la conexión a
Internet y es el cuento de que sabes cuando empieza y nunca acaba… Estuvimos toda la mañana, comió con
nosotros, siguió buscando soluciones a problemas que se le presentaban y,
acabamos con que seguiríamos después, mañana o el lunes.
De forma
inesperada y sin avisar se nos presenta Víctor, un salesiano del país que está
en Ghana. Ha venido a alguna cosa personal y ha querido visitarnos. Le acogemos
con gusto y se siente como en casa, pero sin cama, (duerme en el suelo, como
nosotros), sin luz un buen rato, sin comida (salimos a cenar porque no tenemos
nada en casa), pero nos encontramos a gusto y compartimos experiencias que a
todos nos hacen sentirnos
bien.
No hay comentarios:
Publicar un comentario