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miércoles, 1 de enero de 2014

1 de Enero de 2014

Como nos fuimos a la cama pronto, también pronto por la mañana  estoy despierto y salgo a contemplar las estrellas. Donde hay poca contaminación lumínica se ven muchas. Las primeras que observo para orientarme son la Osa Mayor, que no  la Estrella Polar, pues no llego a verla en el horizonte, y la Cruz del Sur, esta sí que se ve muy clara y distinta. Para mí contemplar el cielo siempre es un misterio, pero aquí se ve mucho más claro y me hace pensar en la grandeza de un Creador y la pequeñez de cada uno de nosotros, sus criaturas.
       Hemos comenzado el año y nos encontramos para rezar por la mañana. Luego salimos hacia los pueblos. El obispo nos ha hecho saber que vendrá a Tikonko para hacer nuestra presentación. Nosotros hemos prometido ir a otro pueblo, Gbalehum, a decir la misa y sabiendo que las cosas van a retrasarse, vamos a decir la misa y, aunque tengan que esperarnos un poco, por lo menos la gente en Gbalehum estará contenta.
       Nos acogen encantados y no tienen prisa en venir, pero les hacemos saber que el obispo nos espera y queremos no hacerle larga la espera. Preside la misa Paul, un salesiano d aquí que les dice la misa en mende y la gente está encantada. Acabada la misa nos quieren hacer quedarnos a comer y cuando les hacemos saber que monseñor nos espera, nos dan una cesta con dos cazuelas: arroz y salsa, además de los dones que han presentado en la iglesia; arroz de la zona, cacahuetes y unos ñames.
        Cuando llegamos de vuelta a Tikonko ya hace un buen rato que nos esperan. El obispo ha venido con el cura de la parroquia y han aprovechado para confesar a la gente. Comenzamos la misa con los deseos de paz y prosperidad y bajo el manto de la Reina de la Paz. El párroco habla a la gente en un tono muy cercano y participan en la homilía dialogada, algo que me gusta y que es lo que solía hacer también con la gente de los pueblos. Eso les ayuda a entender y seguir mejor el comentario.
      El obispo está muy contento con nosotros y nosotros estamos también contentos con lo que se nos propone como trabajo. Esperemos que todos estemos a la altura.
       Al final de la misa nos pone a su lado y dice a la gente que ahora nos tienen con ellos y que espera que sean capaces de hacerse cargo de nosotros. Luego salimos y el jefe del pueblo, cristiano bautizado y comulgante, así como su esposa, nos reciben en casa y nos invitan a comer a todos.

         Después de la comida vamos a la casa que tenemos alquilada en Tikonco y traemos cinco bancos que había allí en reserva, para por lo menos tener donde sentarnos, pues en casa no hay ninguna silla. Por la tarde salimos de compras y a visitar diversos lugares. Estamos contentos de lo que hemos vivido y ansiosos de comenzar en serio el trabajo. No hay luz, cenamos lo que nos han preparado en Gbalehum como comida  y nos vamos pronto a la cama, pues mañana empezaremos la jornada temprano.

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