La luz falta más que está y a su ritmo vamos componiendo nuestro
trabajo. El coci llega y se pone a fregar los platos. Le paso la plancha y veo
que tiene experiencia, así que además de cocinar, nos hará también la
ropa.
Por la tarde vamos a encontramos con la gente
de un pueblo “Gbalehum”. Está a cincuenta minutos de casa, por camino regular y
tiene además de la iglesia, bastante
apañadita, una escuela primaria. Veremos lo que nos va dando la escuela
por aquí, pero me parece que es un terreno en el que podemos encontrar sorpresas
que no nos podemos imaginar. Parece ser que el nivel es lo más bajo que te
puedes encontrar…
El
“estaban como ovejas sin pastor” es la realidad que encontramos y palpamos. Les
queremos transmitir confianza y esperanza. Recemos para que seamos capaces de hacerlo bien y pronto.
Había setenta y cinco personas, muchos críos y buen ambiente. Y nosotros creemos
que esta es una comunidad ideal para tratar de integrarnos en ella. Empezar por
la iglesia y rezar, siguiendo por la escuela y los críos, nos han dado muy buena
impresión y ya hemos quedado de encontrarnos de nuevo el viernes de la semana
siguiente para ir a rezar con ellos por la mañana y después conocer otras
comunidades y pueblos de los alrededores.
Hay
muchas cosas que se pueden hacer en este pueblo, pero lo primero que queremos es
transmitirles confianza y que sientan que estamos con ellos. Después ya iremos
viendo.
Volviendo a casa estamos contentos de la experiencia y en el rosario le
confiamos al Señor la nueva comunidad que hemos visitado y sus ilusiones y
proyectos y pensamos que si tenemos un poco de fe… Muchas cosas buenas saldrán
de este pueblo y los circundantes.
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