Seguimos sin luz, y ya van tres días. Nos vamos acostumbrando. La crónica es
difícil hacerla al día porque no hay batería en el ordenador, pero ello no nos
impide tener una buena linterna y leer lo que va cayendo entre las manos. Ya me
he leído varios libros que hablan de Sierra leona, y también otro de los gordos,
dos volúmenes de mil trescientas páginas sobre la historia de los salesianos en
la India. Es muy interesante ver la
historia contada por alguien del país y las actividades, trabajos,
penalidades y sufrimientos que pasaron los fundadores, pero es muy alentador ver
que hoy es la India el país donde más salesianos tenemos, y algo me hace pensar
también en nuestra aventura africana que estamos ahora viviendo.
Tenía el
ordenador enchufado, de forma que si la corriente venía, se pudiera cargar y la
corriente vino y empecé a escribir mensajes y cuando estaba a medio cargar la
batería; de nuevo se marchó la luz. Así estamos, esperando a que la luz venga
para conectarnos y enviar mensajes. Aprender a ser pacientes también tiene su
importancia.
Esta
mañana y de forma inesperada se nos presentó una culebra en la ventana de la
cocina y entró sin pedir permiso. El cocinero se encargó de hacer su trabajo y
hacer saber que es él quien manda en la cocina. Es el primer animal “especial”
que nos encontramos y era sólo una inofensiva culebra. Esperemos que no pasemos
a otros.
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