Después de rezar y desayunar, salimos hacia los pueblos para la misa.
Estamos en el primero a las siete y, aunque la misa es una hora más tarde, nos
tomamos el tiempo de saludar a la gente y encontrarnos con ellos. Hoy por
primera vez nos hemos encontrado en Tikonko con más críos que adultos, señal de
que la normalidad se va recuperando. Es lo normal, en un pueblo en el que hay
una escuela de los metodistas y todos los críos van a esa escuela, los domingos
van a su iglesia. Desde que hemos llegado nosotros, los padres van trayendo a
sus hijos a su iglesia… y eso de iglesia aquí es un tanto elástico, pues la
gente reza y no le importa demasiado en qué sitio, si es que no está bien
concienciada y seguida por los líderes de la oración.
En el
segundo pueblo también había 28 adultos y 61 críos, la proporción normal en
estos casos, dos tercios son los críos y un tercio los adultos y valorar la
presencia de unos y otros y tratar de estar a su altura y colmar sus esperanzas
con una oración viva y cercana. Que el Señor en la fiesta de su presentación,
nos ayude a presentarnos así delante de los fieles.
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