Los viajes son siempre
una cosa interesante. Basta abrir los ojos y dejarse llevar por la cantidad de
sensaciones diferentes que recibes, empezando por la diversidad de personas y
siguiendo por la variedad de las cosas, te ves envuelto en un mundo de
contrastes, colores, olores… Y dejarte invadir por todo esto y estar abierto a
estas sensaciones, te ayuda a comprender y empatizar con situaciones nuevas para
ti, que son naturales para otros y que te hace abrirte al otro y a su realidad y
percibirla como algo nuevo y enriquecedor en tu vida.
Nigeria es el país mas poblado de África. |
Recuerdo comentarios
hechos por gente que nos ha visitado y cómo te ayudan a ver las cosas de forma
diferente. Padre de Enrique: Aquí no se conduce como en Europa…Qué nos habría
visto hacer para hacer un tal comentario… No lo recuerdo, pero la cosa está ahí.
Su madre al volver de los pueblos que habíamos visitado y ver las luces de la
ciudad, cosa que no hay en los pueblos, dijo “ahora Parakou me parece más
ciudad…” Había visto que aún había cosas más lejos… Jorge, el ingeniero que nos
visitó: ¿Cuándo vas a España conduces? Le respondí: Si puedo no… Y es que me
veía ir por el centro de la carretera… En España esperas que te venga un coche
de frente, pero aquí, que el tráfico es muy escaso, esperas que te salga un
animal o un crío y esos no te vienen de frente, te salen por la orilla, y por
eso vas por el centro. Todo depende de lo que te esperes y lo que lleves en
mente para reaccionar.
Noviembre pasado estuve
en Nigeria por primera vez. Después de haber pasado más de 25 años en África y
19 de ellos en Benín, el país vecino de Nigeria, he tenido una experiencia muy
particular.
Para empezar Nigeria es
un país lleno de gente. Las estadísticas nos lo dicen, una población estimada en
unos ciento setenta millones de habitantes…, pero el verlo te lo confirma. Por
cualquier sitio encuentras gente y a cualquier hora, incluso por la noche la
vida sigue y tiene sus normas.
Una experiencia
increíble es la circulatoria. El tráfico es un laberinto en el cual te
encuentras metido y en el que te tienes que dejar guiar, pues tú no sabrías por
donde, pero el chófer se las arregla y sale… Digo esto después de haberme visto
varias veces envuelto en el tráfico de Lagos, ciudad que tiene entre los diez y
veinte millones de gente y muchos vehículos, suficientes para llenar las
autopistas y después a ver cómo sales… Pues eso, un intermedio entre los atascos
y los coches de choque, pero sin chocarse, eso es lo que te encuentras. Una
autopista con dos carriles llena de coches y en los arcenes, las dos partes
llenos de coches que tratan de avanzar y uno de un arcén se pasa al otro por la
calzada llena de coches y camiones, y lo logra, que es lo bueno; y después de
avanzar un cacho, vuelve a recuperar de nuevo el arcén por el que venía de la
misma forma increíble, y subir a la calzada no se hace sin problemas, pues suele
haber bastante desnivel y el coche queda atrapado entre el arcén y la calzada,
pero tras varios intentos, salimos del atolladero y seguimos
marchando.
No sé si vale la pena
perderse en más detalles; sí puedo decir que estuvimos hora y media para
recorrer unos veinte kilómetros y disfrutando de este ambiente de atasco… Y he
dicho bien, disfrutando, porque aquí no se viene a quejarse, se viene a vivir el
día a día y hoy y ahora pasa por el atasco, el calor, el sudor, la sed, los
insectos, el cansancio… Además de los coches que te rodean por todas partes, los
pitidos, la contaminación de los tubos de escape, el ruido, la
marabunta…
Sí quiero destacar: Creo
que es una situación aceptada por todos y en la que todos vivimos y no veo ni el
estrés ni los malos humores ni las discusiones e insultos que me hubiera podido
esperar en tales circunstancias en otros sitios… ¿Serán más civilizados que
nosotros? ¿Se lo tienen asumido?... Por lo menos deduzco que tienen más
paciencia.
Otra cosa, en las
carreteras no hay casi señales de tráfico, o no logro verlas, pero ellos ya
saben por dónde moverse. Pero eso ya lo tengo yo también sumido en la “brousse”
que tampoco hay señales y no me pierdo.
También me llamó la
atención el que pregunto a cuantos kilómetros está de aquí tal ciudad y no te lo
saben decir, te dicen tardas hora y media en llegar, si no hay
atascos…
Recuerdo estando en
Benín los cientos y miles de coches de segunda mano que circulaban por el país
del sur al norte, para pasar la frontera hacia Nigeria. Eran una continua
procesión y un peligro. Ahora te dicen que esa es la forma de conseguirlos más
baratos, pues pasan una vez la frontera y pagas una sola vez impuestos, mientras
que en Nigeria deberías pagar esos impuestos varias veces a lo largo de la ruta…
Vivir para ver y aprender.
Otra cosa a tener en
cuenta. Hay muchas carreteras en las que las líneas no están pintadas y cada uno
circula por el carril que le va bien, sólo que para adelantar, pitas, para
avisar que adelantas y lo haces por el sitio que tienes libre. No importa si hay
un camión enorme que va por el centro, le puedes adelantar por la izquierda o
por la derecha, como mejor te vaya, pero siempre pitando, para advertir tu
presencia. Todo el mundo lo sabe y todos aceptan esta forma diferente de lo que
nosotros tenemos como costumbre y lo que para nosotros son las normas de
tráfico, ellos tienen otro código de costumbres que tienes que aprender si
quieres conducir en esta jungla. Por eso también comprendo lo que le pasó a un
compañero que había sacado su permiso de conducir en Benín, cuando vino a España
trató de decir que tenía el permiso de conducir africano y le dijeron que podía
comenzar de nuevo los trámites aquí para pasar otra vez la prueba. Cuando lees
en una revista que en Benín alrededor de la mitad de los conductores no tienen
el permiso de conducir y que alrededor de la mitad de los que lo tienen lo han
conseguido fraudulentamente, te explicas ciertas reacciones.
Tenía otras muchas cosas
más para decir, pero es que veo que me alargo y me voy a meter en tal lío que va
a superar los bollos de tráfico que yo mismo he vivido. Quizás por ello lo mejor
es dejarlo aquí y, si alguien quiere algo más le invito a venir y vivir la
experiencia como yo la he vivido, en persona y de primera
mano.
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