Vamos a clase con el profe. La lengua es una cosa que lleva su tiempo y tiene sus
dificultades, pero se trata de tener paciencia y seguir adelante sin
desmayo.
En casa
siguen las obras, se está acabando de hacer el soporte del depósito del agua y
esperemos que podamos tener agua suficiente para lo que necesitamos.
Me doy
una vuelta por el mercado, hay que renovar el vestuario y visitar al sastre es
una ceremonia por la que hay que pasar. El que te tomen medidas y les hagas
sugerencias de lo que quieres y como lo quieres, es algo que ya en otros sitios
no se usa, pero por aquí aún tenemos esos lujos. Otra cosa es lo que luego te
encuentres, que no quiere decir que se parezca a lo que has pedido… Veremos a
ver qué sale.
Por la
tarde voy a un pueblo donde el catequista y estamos un rato repitiendo las
fórmulas de la misa en lengua local. Intento aprender y poder decir la lengua en
mende. No es ni la primera, ni la segunda, ni la tercera vez que hago tales
cosas y ya vas teniendo una cierta técnica con la experiencia de las
anteriores.
Hoy
había muchos críos alrededor y era difícil trabajar, pero tienes que tener un
poco de paciencia. Luego los críos se fueron, pero entonces vinieron los
mayores, que también miraban cómo estaba aprendiendo a repetir palabras en su
lengua y mostraban signos de aprobación al ver el interés y el esfuerzo que
estaba haciendo. Sé que aprender una lengua es costoso, pero es la forma de
decir a la gente que aprecias su cultura y que te integras con ellos y se
sienten muy a gusto contigo cuando hablas su lengua.
Seguimos
sin luz. Con el grupo electrógeno cargamos las baterías y hoy ha funcionado
internet, pues han salido veinte mensajes que había escrito ayer y se habían
quedado en espera.
Tengo noticias de Loli que hay un “link” en
el que aparece lo que escribo, así que ahora puedo comenzar a advertir a la
gente que quiera que puede visitarlo.
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