Vistas de página en total

domingo, 30 de marzo de 2014

30 de Marzo de 2014

Domingo

Como cada domingo salimos pronto, a las seis y media, después de los rezos y el desayuno. El día es agradable y la temperatura buena, hay 24 grados en el ambiente.
       En el camino nos espera el catequista y otro del pueblo que vinieron ayer y han pasado la noche en la ciudad. En Tikonko se queda Jos y yo sigo al pueblo al que suelo ir pronto, Valehun. La gente no está muy animada y tarda en venir, a pesar de que les he visitado a cada uno en su casa después de mi llegada.
       Me voy haciendo a la idea de la forma de ser de la gente, por lo menos lo que he leído es que son un tanto perezosos e indolentes, esperando que otro les haga las cosas antes de hacerlas ellos. No sé si es la realidad, pero en algunos aspectos no está muy lejos de lo que me encuentro, lo cual me confirma que quien los  describe no se ha equivocado mucho.
        Para mí este aspecto no es para ver lo negativo, sino para saber cómo actuar con ellos y poder ayudarles en la respuesta que espero que den en su vida de relación con Jesús y ello me anima a hacerles conscientes de que tienen que responder adecuadamente a lo que se espera de ellos, cosa que no siempre es realidad contante.
          Hoy les he preguntado muy directamente si querían que viniera a rezar con ellos y, por supuesto, me han respondido que sí. He aprovechado para decirles que el sí que dan de palabra se tiene que manifestar de forma diferente la semana que viene, llegando a tiempo a rezar y habiendo preparado la iglesia, cosa que no han hecho hoy… Ha habido sonrisas, pues creo que no se esperaban que les dijera algo así, pero me han prometido que la semana que viene las cosas van a cambiar. Esperemos que sea realidad.
       En el pueblo siguiente no había mucha gente, pues me han explicado que había una “ceremonia tradicional”  en un pueblo cercano y, donde hay comida, la gente se apunta en masa. Hoy los simpatizantes optaron por  la comida fácil…
       Por lo menos hemos leído las lecturas, he tratado de hacer una explicación compartida y la gente ha participado, si bien que a los críos se les hacía largo, pues hablar en inglés y aunque traducen, para los pequeños es algo complicado; pero por lo menos saben estar y no arman demasiado ruido, pues los adultos también les controlan.  
        La vuelta a casa ha sido normal, siempre hay gente que se apunta al viaje y el vehículo estaba lleno. La mayoría estudiantes que vienen a la ciudad después de pasar el fin de semana en el pueblo buscando provisiones.
       Después de la comida y una buena siesta para recuperar, de nuevo en ruta hacia el pueblo al que vamos por la tarde. Lembema.  Hoy me acompaña Jos para ver el ambiente y si hay opciones de hacer algo con los críos antes de la oración de la tarde.
        Críos hay en cantidad. En la oración estábamos noventa personas y más de ochenta eran críos. Y de los pocos adultos presentes intenté ver los que suelen venir regularmente y no había mucho que contar. Tendremos que seguir teniendo paciencia y atraer a los adultos, como atraes a los niños. Me han prometido una lista de los adultos y espero seguir a cada uno personalmente a ver el resultado.
       En el camino de vuelta a casa, de nuevo hay caminantes dispuestos a subirse al vehículo, estudiantes en particular que vuelven a la ciudad desde los pueblos, algunos bastante cargados con las provisiones de la semana. El traerles es un servicio que les haces y a la vez les puedes dar una buena palabra y hacerte conocer de ellos, que también vale la pena.


No hay comentarios:

Publicar un comentario