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domingo, 3 de diciembre de 2017

3 de Diciembre de 2017

Domingo


Me levanto temprano y voy a los pueblos, pues Joseph, a quien tocan pueblos, ha ido de viaje. El camino sigue siendo complicado, pero voy con tiempo y con calma. Ya hay un grupito rezando el rosario y poco a poco van llegando los demás. Comenzamos a la hora y algunos más van llegando. Les hablo de estar atentos que nos dice el evangelio y les cuento el cuentecito del libro de las homilías animando al personal a trabajar en equipo partiendo de la experiencia de las parejas. Después de misa se quedan para reunirse y organizar lo del 23 que se aproxima.
En Tikonko hay menos gente y empezamos muy pocos. Algunos van llegando posteriormente en especial los familiares de una señora que falleció y celebran hoy el aniversario. Lo mismo que en el anterior vuelvo a insistir en la vigilancia y el trabajo en equipo. Los del funeral invitan a la gente a comer en la casa y unos cuantos se encaminan hacia allá. Yo sigo el camino, pues tengo misa en el pueblo siguiente.
Llego con un cierto adelanto y preparo las cosas y descanso un poco, pues me he sentido cansado. Lo mismo repito en la homilía y les animo a llegar a tiempo, pues hay buen número que llegan con retraso. El coro sigue a medio gas y se preparan poco, pero cuando vuelvo el sábado es demasiado tarde para encontrarlos… Como estaba cansado durante la homilía me senté en una banqueta bajita. Por lo menos estuve hablando sin sentir cansancio.


En casa me encontré con las médicos y Christopher a la mesa y comimos y hablamos un rato. Después de comer eché un rato la siesta, me despedí de las mozas que volvían a Mile 91, seguí un buen rato de reposo y al final me levanté y fui a estar con los que preparan el oratorio que hoy tenían reunión aquí en casa. Esta mañana me acompañaron dos de ellos y han invitado a los críos de los pueblos a participar en los juegos. Por lo menos creo que tienen ilusión y esperemos que les dure.

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