Pronto por la mañana apareció el camión con el flamante generador. Después de la misa en la que recordamos a María Auxiliadora y recibimos su bendición, cada uno desayuna cuando puede, pues todos estamos atentos a lo que se pueda necesitar para descargar el generador y colocarlo en el sitio adecuado, cosa que se hace con una grúa.
Pronto van apareciendo jóvenes del movimiento misionero que vienen porque hoy hay reunión general. Han participado alrededor de sesenta jóvenes. Donald se encarga de dirigirla, mientras Antonio y Samuel van a visitar a los que trabajan en el pozo y a llevarles lo que necesitan.
Lothar aparece por aquí y vienen varios alemanes que trabajan en la logística de mantenimiento en la crisis del ébola y comienzan los trabajos de instalación del generador y el cableado de las diferentes zonas de nuestros edificios. En el garaje se trata de instalar un panel central de control y desde allí distribuir la corriente. Esto les ocupará un par de días o tres.
El que más trabaja en la instalación es un joven que se llama Martin y que es una persona muy amable, trabajadora y responsable.
A la hora de cenar están con nosotros además de Martin otros dos alemanes y dos del país que les acompañan como chóferes. Martin reside aquí en una habitación en casa, los chóferes en una habitación en el orfanato y los otros dos en un hotel que Lothar les ha buscado.
Los insectos se hacen presentes de nuevo con la oscuridad y se reúnen en torno a cualquier punto de luz. Hoy las termitas son de otro tipo, las grandes que se suelen comer tostadas.
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