Hay trabajo en la finca. Hoy van los
jóvenes del grupo misionero y nosotros nos unimos a ellos. Hay mucho que hacer y
queda aún la mayor parte del terreno, pero se hace algo, por lo menos. También
la impresión es que se cansan pronto y no rinden más por estar más
tiempo.
Al
final de la mañana tenemos la misa y la gente se duerme, señal del cansancio que
tienen del trabajo que han realizado o de no haber descansado suficiente por la
noche.
Los
niños del orfanato vienen, como cada día, para la cena y Antonio y Samuel van a
los pueblos. Samuel tiene reunión con los monaguillos en Tikonko y Antonio con
la gente en Nagoyon para ver de comenzar el trabajo de un pozo.
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