Los trabajos de instalación del generador se prosiguen y a ello estamos atentos toda la mañana. Hay alegría de ver que hemos recibido un gran regalo y se lo agradecemos a los que nos lo han traído, además de reconocerles el gran trabajo que han hecho por nosotros.
Martin se preocupa de enseñarnos la manera de hacer un buen mantenimiento de la máquina, escribe lo que se necesita en una cuartilla y la pega a un costado del generador, de forma que nos acordemos de lo que tenemos que hacer. También nos muestra todas y cada una de las cosas que ha escrito de manera práctica en la cuartilla.
Después del almuerzo y con las últimas instrucciones, se despide y nos agradece la acogida que le hemos dado. Nosotros le decimos que somos nosotros los que tenemos que agradecer no solo el gran regalo del generador, sino también su dedicación a la hora de la instalación y puesta a punto de todo lo necesario para que funcione correctamente.
Algunos de los jóvenes que están con nosotros también se despiden. Son los que pertenecen al grupo misionero. Las actividades programadas se han acabado y está previsto el comienzo de las clases, lo que les hace estar atentos a seguir sus estudios y asumir sus responsabilidades en las clases, cosa que hasta ahora no tenían y por eso estaban con nosotros. Les agradecemos la estancia, la convivencia y la relación cercana que con ellos hemos tenido y nos decimos hasta pronto, pues nos seguiremos viendo regularmente.
Donald va al banco a retirar dinero que Uba ha enviado y hay atasco, pues mañana empiezan s tres días de encerrona que ha decretado el gobierno y muchos quieren sacar dinero y se amontonan en el banco.
Antonio va a Mattru en moto y comprueba que los monaguillos esperan para la reunión y los adultos no han venido. Cuando puede llama a Samuel que viene para los monaguillos y le trae Donald y él comienza las visitas a las casas para rezar con la gente. Por una parte los monaguillos son fieles y a eso tenemos que responder con nuestra fidelidad y por otra, si los adultos no vienen, se puede ir a buscarlos a sus casas, cosa que hacemos acompañados de los de buena voluntad que encontramos por el camino. Hemos ido a rezar a seis casas.
A la vuelta a casa, rezamos el rosario, encendemos el generador para las vísperas y cena y después aprovechamos un rato para conectarnos a internet y saber lo que ocurre en el mundo, además de enviar y recibir correos.
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