Vistas de página en total

domingo, 11 de octubre de 2015

11 de Octubre de 2015

Domingo

Samuel ha dormido regular, pero le han llamado para decirle que un cura irá a decir misa a Mattru y se queda para acompañarle. Yo voy a Nagoyon, Tikonko y Towama, con suerte diferente en los varios sitios. En el primero la gente llega en el número que lo suelen hacer otras veces, en el segundo hay bastantes menos y en el tercero, como hay una fiesta de final de curso de los universitarios, hay algunos más que de costumbre.
       El reencuentro es agradable. Todos estamos contentos de vernos de nuevo y de volver a la rutina de mi presencia entre ellos. Me doy cuenta de que el tiempo que han estado solos ha hecho que algunos dejen de venir. Esperemos que las cosas cambien a partir de ahora.
       Nos han preparado comida en Towama, lo que nos permite tener un plato bien cocinado y con bastante picante, pero a todo nos vamos acostumbrando.
        Después de comer viene Paul, el salesiano que ha dicho la misa en la parroquia acompañado por su hermano. Juntos salen con Samuel y yo me voy a dormir la siesta, pues esta mañana me levanté temprano.
      No han pasado diez minutos y me despierta el claxon de un vehículo, es Almudena, una chica que me encontré en el avión y que trabaja en un proyecto aquí por unos meses. Nos saludamos, nos damos los teléfonos y prometemos vernos otro día.
       Nos vienen a ver más visitas y acabamos saliendo de casa para ir a rezar el rosario a Towama, donde hay un pequeño grupo. Finalizado el rosario, tenemos tiempo de ir a otro pueblo y vamos a Mattrru; así me permite saludarles, pues hasta ahora no he tenido ocasión de encontrarlos. También son un grupito reducido a la hora de rezar. Y lo mismo me han dicho de la presencia a la misa por la mañana. Esperemos que la tendencia cambie.
        Por lo menos los que he encontrado me han saludado con alegría, incluido un trío que venía del bar y estaban bastante cargados. Durante el rosario dos de ellos acabaron dormidos. Otros encuentros con conocidos durante el paso por el pueblo, fueron también de alegría por verme y manifestando buenos deseos por mi llegada.
       Volvemos a casa por el camino en bastante mal estado, pero nos lo ameniza un mutilado que nos cuenta su experiencia de pertenecer a un equipo de fútbol que sale a jugar contra gente de otros países, cosa que no conocía y que me admira las historias que cuenta.
       En casa nos encontramos con que Peter, el coci, ha vuelto y que ya se ha puesto a hacer limpieza en la cocina, incluso siendo domingo.

       Tenemos luz, pero seguimos sin conexión, ausentes de lo que pasa en el exterior.

No hay comentarios:

Publicar un comentario