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viernes, 9 de octubre de 2015

9 de Octubre de 2015

Viernes

Anoche había luz, pero en casa se había agotado el cupo y la habían cortado, así que estuvimos a la luz de la linterna y durante un rato con la luz del generador.
       Por la mañana, después de la oración y el desayuno, hacemos planes para ir al banco, cambiar dinero en la calle, que es mucho más lo que te dan que en el banco y hacer compras para la casa, que no tiene nada de comida y además el cocinero no está, pues ha ido a pasar unos exámenes a Freetown.
       También vamos a visitar al vicario del obispo, pero no le encontramos en casa, pues asiste a una misa por una persona que ha muerto.
      Como hay electricidad y también tenemos conexión, envío algunos mensajes de correo para los que no contacté ayer. Esperemos que dure la conexión.
        Vamos a comer a un restaurante, pues como no tenemos cocinero y tampoco hemos tenido tiempo de preparar las cosas, se nos echa la hora encima; así también sabemos los sitios de comidas que merecen la pena ser visitados en la ciudad.
       Después de comer viene Edwin a vernos y hablamos un rato, hasta que se nos echa encima la hora de salir hacia los pueblos, que hoy nos toca el más alejado.
       Los caminos dejan bastante que desear a causa de las lluvias y además nos paramos a saludar a la gente de los otros pueblos, lo que nos hace llegar a Cassama justo a la hora y, aunque les había dicho que llegaba, siempre esperaban que la cosa se retrasara y por eso manifestaban su sorpresa al verme, acompañada de un grito de alegría porque estoy de regreso.
       Las parejas estaban presentes, aunque no en gran número, pero por lo menos se les ve contentos y me reciben efusivamente. Les animo a seguir en el trabajo y les motivo para que recemos el rosario en el mes de octubre, cosa que hasta ahora no han hecho y aprovecho para darles una hoja que encontré en América, con las indicaciones para el rezo del rosario.
        Hay una cincuentena de asistentes a la oración y dos tercios son niños, lo que hace que a veces el rosario sea ruidoso, pero bastante agradable, en especial los cantos animados por la señora Cecilia, la madre del salesiano que me acompaña a los pueblos.
       La despedida es alegre y nos prometemos vernos el viernes que viene y me dicen que los que no han venido hoy estarán presentes el viernes.
       En el sitio siguiente, Gbalehun, no está la iglesia abierta, porque nos están esperando y es que aquí sí rezan el rosario en el mes de octubre y lo hacen por las casas. Hoy lo hacemos en la capilla y les animo a que lo hagan por las casas, pues es María la que va a traer a sus hijos hacia su casa.
       La vuelta a Bo nos lleva largo tiempo. Las carreteras están en muy mal estado. Y Samuel está con catarro y se va pronto a la cama.

         Ahora no hay conexión… Ya me parecía que duraba mucho la comunicación a través de internet… Pero por lo menos tenemos luz de la ciudad.

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