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lunes, 1 de febrero de 2016

1 de febrero de 2016

Lunes
Estamos en Lungi y dispuestos a una salida de encuentro entre los salesianos. Nos dirigimos hacia la playa y para ello hay que atravesar la capital y antes pasar en el transbordador, ambas cosas son experiencias para vivir.
El transbordador es un viejo barco con capacidad para mucha gente… Hoy estaba casi lleno, y digo casi, porque hay siempre sitio para algunos más, pero varios miles sí que estábamos en el barco y los vehículos, unos ochenta, también estaba completo.
Tuvimos, después de un largo y polvoriento recorrido, la llegada al borde del mar, donde se presenta un panorama paradisíaco. Primero tuvimos una reunión con el Rector Mayor. Nos habló de unos cuantos puntos en interés de la Congregación y nos animó en el trabajo que realizamos. Después hubo la posibilidad de hacer preguntas y también se hicieron sobre variados temas de la situación de la Congregación.

Acto seguido nos dirigimos a la playa donde el agua clara y la arena blanca crean un ambiente incomparable y allí, después de un rato de baño, tuvimos la comida, muy bien preparada y todo bien organizado.  Hubo un rato de sobremesa y a continuación nos dirigimos a los vehículos y cada uno en su dirección. Nosotros llevamos en el nuestro a los que iban al ferry para ir a Lungi y luego emprendimos la ruta hacia casa. Llegamos de noche y cansados, pero un sueño reparador nos puso en forma para el día siguiente. Joseph se quedó en Lungi para ultimar los detalles que tiene que hacer como encargado de la acogida en la visita del superior.

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