Estamos sin luz y en la iglesia tenemos problemas con el generador, pero
por lo menos al final llega la corriente y celebramos la misa sin sobresaltos.
Va viniendo un poco más de gente, aunque no mucha. Hoy hay una intención por un
joven que murió en Estados Unidos, pero la familia le recuerda aquí. Es algo muy
corriente en estas tierras.
Después del desayuno y recibir a unos cuantos de los que han venido a la
misa, nos dedicamos a organizar y ordenar sitios, Samuel el almacén del patio,
yo el de la comida de la planta baja y Joseph la entrada de su habitación donde
hay cosas del contenedor, textiles, que va clasificando y preparando para dar el
destino apropiado. Yo voy organizando cajas según contenidos y poniéndolas en
los estantes, de forma que se pueda saber por el exterior lo que tienen. Acabo
empapado por el sudor y lo resuelvo con una ducha… Siempre con la calabaza y
haciendo ejercicios a los que creía no llegaría, pero a todo hay que
acostumbrarse.
Después de comer y un poco de siesta, Samuel sigue al electricista que
está arreglando enchufes que no funcionan o poniendo otros nuevos. Joseph se
prepara para encontrar a gente que le ha pedido cita y también con los
monaguillos.
Yo voy a los pueblos, hoy para la reunión de las parejas. La cosa sigue
sin estar muy clara, pues sigue habiendo los que vienen solos y les cuesta
comprender que el encuentro es para parejas. Y cuando la reunión acaba, me
entretengo un rato con los que han venido con el formulario para el matrimonio.
Me lleva un buen rato el aclararnos con las preguntas, pues algunas no las
entienden y trato de explicarles, pero no es fácil el aspecto legal del código.
Por lo menos creo que hemos respondido a lo que se nos pregunta, aunque no esté
muy seguro de si lo han comprendido todos.
De nuevo seguimos sin luz, pero el generador nos da un respiro y podemos
conectarnos, cargar las baterías de los aparatos y preparar las cosas para
mañana.
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