De nuevo domingo y de nuevo madrugar y salir pronto hacia los pueblos.
Hoy me acompaña Samuel que quiere saludar a la gente de Tikonko. Joseph se queda
en casa y le tocan las misas de la parroquia, que parece que hoy no han sido muy
concurridas.
En los pueblos les sigue costando la puntualidad, pero la asistencia es
buena. En Nagoyon sigue siendo cadi al amanecer que empezamos la misa y la gente
viene de otros pueblos de los alrededores y siguen con interés y atención.
Tikonoko se ha estabilizado en el número, entre cincuenta y sesenta y en Towama
la cosa ronda la centena.
Les animo a seguir con los que nos propusimos el miércoles de ceniza y
hoy a hacer lo ordinario de cada día para acabar siendo extraordinarios, como
Dios nos quiere.
Me llaman los de los pozos que están en camino y que llegarán hacia las
cinco y les digo que estoy disponible, que me avisen cuando lleguen, pero la
cosa se retrasa porque han tenido una avería y acaban llegando de noche, pero
contentos de que estén aquí y de que puedan comenzar el trabajo en los
pozos.
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