Amanecemos con luz, cosa que ya se nos hace especial, pero que
agradecemos, por lo menos ver lo que hacemos y en la oración, poder
leer.
Joseph se ha ido a la capital para una reunión y para tratar de traer el
coche que vino en el contenedor, además de resolver otros asuntos. Se ha ido en
el transporte público a hora muy intempestiva, y piensa poder volver mañana, si
no hay inconvenientes. Le deseamos buen viaje y mejor retorno.
A la misa viene bastante gente. Poco a poco el grupo va aumentando y les
animamos a ello en especial en este tiempo de cuaresma. Después de misa saludo
al señor que se ha ofrecido a enseñarme mende y trabajamos un ratito. Me ayuda a
leer el evangelio del domingo.
Los del pozo siguen con su trabajo. Hoy es más monótono y les cuesta más,
han llegado a casi veinte metros de profundidad y hay piedra y romperla lleva
tiempo, pero tienen moral para el trabajo y se dedican a ello con ahínco.
Por la tarde vamos a la universidad. Empezamos con un grupo no numeroso,
pero aunque no sean muchos, hay que comenzar y la semana que viene iniciaremos
el trabajo de la catequesis con el libro que les hemos propuesto, el que
presentó el papa para la jornada de la juventud de Madrid en dos mil once, que
es un resumen del catecismo de la Iglesia Católica y que me ha parecido
interesante para que tengan algo como referencia.
También voy a ver a la pareja mayor que se prepara para hacer el
matrimonio en la iglesia y organizar los papeles, mientras Samuel sigue con
algunos estudiantes en la universidad.
En casa, rezamos, cenamos, Samuel se va a ver el partido, pero en
realidad va a visitar a un estudiante que está enfermo y después de hablar un
rato con el vigilante, voy a ver el correo y escribir la crónica, aprovechando
que hoy hay luz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario